Fin de semana a este lado de la galaxia

Retorciendo el bucle

Mañana ya está cantado: gana el pp, pero poquito. Dirán ellos que ha sido un gran éxito: cuando salga Rajoy, lo hará con su efebo y la enchufada esa con pinta de ser de los de" Madrid de toda la vida" al lado, o no muy lejos del enfoque de las cámaras, o con su propio minuto de gloria. Luego ya saben que tienen que justificar que ganan las próximas elecciones, en octubre.

Pepiño explicará que aun han ganado, porque ha habido una conjura de los neocons americanos, Aznar, los liberales y los siete sabios de Ceylan, además de la ayuda de los vampiros diurnos contra ellos, pero han aguantado estoicamente el avance del facismo.

Las tv y demás medios se dedicarán todo el día a magnificar cualquier nimiedad, al fin y al cabo es el fin de su existencia, y ¡oh! Un concejal; y todo así, dándose mucha importancia y sintiéndose relevantes todos; porque magnifican que llueve, magnifican que deja de hacerlo, y al final solo aburren. Ya no son ni siquiera digeribles.

Algunos elementos lucidos de la repugnante socialdemocracia se están dando cuenta de que el sistema ha quemado ya todas sus naves e intentan ser imaginativos y sacar adelante algo que consiga que siga la marcha por el mismo camino que ha ido siempre; nacen nuevos partidos, y se anuncian otros, pero son solo los que se niegan a abandonar el barco: tan solo evidencian su lealtad y honestidad personal.

La execrable democracia como la abominación que su propio nombre indica está agotada: ni el pp ha hecho campaña, ni aquí se trata de elegir nada: se han preocupado de que el resultado mantenga los suficientes equilibrios de poder para perpetuar el sistema. Y no es soportable.

Es más simple que unas elecciones a Señorita pepis, edecán y demás: se trata de destrozar esta repugnante socialdemocracia borbónica, y hacer un país con un estado serio, liberal, y culto. Y ya está bien de aguantar a los corifeos, aduladores y señoritas de compañía del sistema, todo orientado a su perpetuación: el modelo está agotado. Enterrémoslo para que no huela más, pero no merece ni un padrenuestro.

Y empecemos a hacer un país, no este disparate.

A la gente le gusta.

Ante este argumento, entonces, lo único serio y consecuente es que el próximo presidente se elija en una edición especial de gran hermano u operación triunfo. Sería lo mismo, solo que bastante más serio que lo actual.

No sé quién ha dicho que la democracia es un buen sistema de gobierno, pero no lo es. Mas nos vale un estado liberal, que un elemento formal de dispendio de dinero para satisfacer egos y cutreces varias; La democracia solo es entre iguales, y gracias a Dios no lo somos, los que no por dinero, por inteligencia, belleza o preparación, pero yo no soy igual a vosotros. La democracia no existe, es una ficción.

Y más allá de Tlön Uqbar… esas ficciones son dañinas para la vida la sociedad y las personas.

No, no hay democracia, ni la habrá jamás; no, no somos iguales ni lo seremos jamás (¿de verdad creéis que vale lo mismo vuestro voto que el de Letizia?) entonces, asumamos lo evidente y elaboramos un estado de base profundamente liberal, y con menos tonterías, que esto apesta ya demasiado.

¿o no?