La murga

El no asumir los episodios de la adolescencia hace que se imponga como criterio el odio a la realidad: de ese modo, igual que se pretende tecnologizar al hombre como máquina, tratándolo como tal con episodios de vida útil definidos por la eutanasia voluntariamente obligatoria, o el aborto como solución a problemas inexistentes, se plantea una forma de "superar" la realidad mediante realidades paralelas: así el horóscopo, la Psicología, las echadoras de cartas o las organizaciones de índole cientifista bajo la apariencia de plantear la superación de las barreras físicas y mentales humanas lo que realmente plantean es el transhumanismo, que es la opción ideológica que conforma la izquierda actual.

O a la progrez: como todo el mundo sabe, aquí es de centro todo el mundo.

Mediante las opciones de ingenieria social, que aunque fueran novedosas e incluso divertidas en los setenta, ahora aburren a cualquiera (Cualquiera: todo aquel que supere 25 de coeficiente de inteligencia) han elaborado un constructo de la realidad cientifista en el cual una maestra, convencida de sí misma le espetó a un pobre crío "tus padres quien cojones se creen que son" o el numerito que contó Berti el otro día de la diputada Teruel, o el tener que aguantarme que en la escuela publica a mi hija la obligaran a manifestarse contra la liberación de Irak, porque pepiño (¿llegará a 25?) decidió que Aznar era el malo, ellos los buenos y van a salvar al mundo.

Y van a salvar al mundo se ponga como se ponga: porque aunque no queramos que nos salven, ellos saben la verdad, y lo que realmente queremos y como debemos realmente vivir, y debemos obedecerlos, con el reconocimiento científico a sus virtudes voluntariamente obligado.

La murga empezó cuando la gente "el pueblo" derribó el Muro de Berlin.[se llama Berlin, aquí y en la China] La progrez se quedó sin argumentos. Ya habían patinado apoyando al Ayatolá Jomeini en París al cual todos rindieron sumisión y pleitesía[se llama París, aquí y en la china]; visto el patinazo, ser refugiaron en la intelectualidad científica de sí mismos: así, decidieron liberar a la mujer. Sobre todo Althuser, el paradigma del intelectual de izquierdas, tan alabado y venerado, que liberó a su mujer de todas las opresiones mediante el simple método de atizarle un hachazo en la cabeza (¿no sería un Trotskista insertado?)[se llamaba Trotsky, aquí, y en la China]

Acabadas esas formas de argumentación, se refugiaron en la cocina, a la cual magnificaron cambiándole nombres y actitudes para apropiársela, y realmente inventarla: nadie desde el neolítico había sabido comer hasta que los progres decidieron enseñarnos. Así, los taberneros, Tahonas, cocineros y demás se convirtieron en Restauradores, palabro mal usado, diga lo que diga quien lo diga, se restaura algo que estaba roto, un restaurante es un bar donde se come. Ágrafos.

Y encontraron el nuevo argumento: la contaminación.

A partir de ahí se desarrolló un costructo cientifista, tan aburrido que no os contaré, pero ahí los tenemos aun con esa murga, pero con el esquema intelectual siguiente:

-La tierra (gaia, para los amigos) es Dios.

-Yo, con mi teología de la vegetación voy a salvar a la tierra.

-Yo voy en ese caso a salvar a Dios.

-Yo soy más que Dios.

Y aquí andamos, aguantando a estos pelmas por todas partes con sus estupideces. Murgas, pelmas, progres, aburridos, mal follados e infraseres en general que desconocen la capcidad de pensar, y tan sólo repiten murgas hasta aburrir a las piedras.

Podrían ser de izquierdas; podríamos estar en guerra, prefiero morir a esta gentuza que me aburre tanto, la verdad.

Menuda cuadrilla de infraseres.

Pero el sistema funciona, y va adelante: como demuestra la sentencia del once eme, el sistema funciona , en su propósito de perpetuarse a sí mismo; porque sus elementos cumplen el papel que deben cumplir, y lo hacen eficazmente.

Como dijo alguien (y si no lo dijo nadie lo digo yo, aquí, y en la China)

Era un buen juez. Hasta que tuvo que demostrarlo.