sábado, 25 de junio de 2016

Ínclitas

Los expertodo habrán dictaminado según los intereses de las empresas que los contratan; erróneas o no, ya no hay ideologías a la vista, sólo intereses: ya no hay pensamiento o corrientes, sólo el dictado del signo de los tiempos, y el descrédito y la damnatio memoriӕ a todo aquel disidente.

Desconozco todas las claves de lo que han votado los británicos, sus ideas, intereses o descargos; apenas puedo sino pensar en mi, y mi inmediato entorno.

Europa no desaparece. Ni los vínculos entre las personas; la gente a mi alrededor está harta de este sistema burocrático y falaz, dictatorial, enmascarado en formas y propaganda, pero dictatorial, caciquil, sumiso, y déspota con los gobernados, donde toda burocracia es bienvenida y todo trabajo es sistemáticamente boicoteado: la gente que no vive de una u otra manera del sistema burocrático, está harta de tanto descaro, engaño, sinvergonzonería y desmán de los funcionarios: todos han aprobado una oposición muy dura a la que sólo se habían presentado ellos, y era para ellos el puesto: la administración, de tal modo se llena de incompetentes, y de soberbia a raudales. En la sanidad en Valencia ya están saltando los casos de denuncias de casos, por desesperación; el sistema social es sectario y perverso: el resultado es que la gente ya no se siente atendida sanitariamente, pero disimulan.

La gente no soporta que para poder echar los productos necesarios para que las tomateras den tomates, deban sacarse un carnet para poder comprar productos fitosanitarios; la gente está harta de que si tienen gallinas han de ser clandestinas porque no se cuantas leyes locales, autonómicas, municipales y europeas lo impiden; la gente está harta de la desvergüenza con que los funcionarios, empleados y demás asociados a la administración tratan a  la gente; la gente está que trina con el sistema social de denigrar los toros, del afán en prohibir la caza, del signo de los tiempos en los cuales todo ha de ser tamizado por un permiso burocrático.

En Francia prohíben a la gente calentarse con leña, es una forma de exterminar a los pobres; en España la caza y los toros son la excusa para condicionar toda relación con la naturaleza a través de los mantras de la burocracia; No sé si los demás quieren la unión europea: pero tal cual funciona sólo es una justificación burocrática para que los votos no sean más que excusas siniestras, y a  los que ahí mandan se les elige por el poder plutocrático, que ni por asomo la gente; el banco central lo domina la plutocracia, y aquí la gente cada día está mas harta.

Los expertodo han dictaminado: las cosas importantes no hay que consultárselas a la gente. Es decir: los plebeyos que sigan a lo suyo y no se metan en las cosas de los caciques, que ellos son los que saben la verdad: con esa frase oída en varias emisoras y leída en varios blogs, queda sentenciada la democracia como lo que es: la justificación de un sistema inmundo.

La Europa que diseñó Willy Brandt muere, de su propia entropía, el sistema muere, y muere matando, y los muertos somos nosotros.

Quizá esto es lo que han pensado los votantes ingleses abrumadoramente: si hubiera habido poco margen, estoy seguro que de alguna forma se habría empujado la balanza para que se inclinara hacia el lado decidido.

Todos estamos hartos del sistema, de charlatanes, vendedores de crecepelo, pomposos banales y ridículos zafios: sólo engañan a quien algo debe, a quien quiere ser engañado: no es cuestión de partidos, es cuestión de acabar con el sistema, antes de que acabe con nosotros en su propia estupidez.

Rubén Darío dictaminó, y yo, acato:


Abominad de la boca que predice desgracias eternas

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