viernes, 29 de junio de 2012

Lo que vaya a suceder ya ha sucedido

El futuro, con todos los elementos cosméticos apropiados del momento, vuelve a ser rural, de gallinas y vaca, escopeta y campo, dolor de espalda y trabajo y supervivencia real como las espigadoras de Millet bajo el sol, vagos al yelo y al calor y nada de ciudades que se han convertido ya en cúmulos de degradación, y por mucho que los socialdemócratas de ocupación quieren degradar todos los pueblos, incluyendo el mío, bajo un concepto progrecesístico, se impone el rigor rural de aislamiento y hábitat disperso porque ya han degenerado todo, como todo aquello que han tocado, la progrhez lo ha podrido todo: nada bonito ha quedado, nada tiene ni siquiera visos de ser arreglado: hay que destrozarlo todo y volver a empezar: y no será ni democrático ni de buen rollo guai, porque ya han  agotado hasta al santo Job. Todo el ruido que montan no tapa el follón de su infamia, la progrhez, la generación que deja menos herencia de la recibida por primera vez en la historia de la humanidad; gentuza, bajeza.

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