martes, 18 de septiembre de 2007

La concreción humana

No hay que afinar la perspicacia para ser conscientes de que tras las mediáticas consignas de la progrez está lo más bajo de la condición humana: se apela a lo peor del hombre, y funciona. El odio al capitalismo no lleva ningún análisis, tan sólo justificaciones: no se odia a USA por nada, simplemente por que son los más poderosos: a los más poderosos se les obedece y se les odia por igual: en cuanto pueden hacer daño al jefe lo hacen; es la envidia.

La envidia nunca asume la emulación: si alguien ha hecho algo, sea esfuerzo o suerte o caos, no se intenta esforzarse, luchar o asumir que no todos somos iguales: no; se iguala: y como siempre la medida es la que cada cual considera, se iguala por abajo, nunca por el esfuerzo, el ahorro, la virtud , eso jamás: la envidia no se reconoce a sí misma sólo se fija en el defecto ajeno; como dijo la Pasionaria, en famoso mitin:

"Yo no puedo hacer a los pobres ricos, pero a los ricos pobres, si"

Y sobre eso se basa todo el corpus de tranasmisión a la gente, considerada como masa y no como individuos: en la envidia, la codicia, la soberbia, la lujuria, la ira, pero jamás en hacer sino en destruir.

 

Y no forma parte esto de la sociología, sino de la condición humana. Degradando la educación se ha degradado al ser, y las personas son definidas ya hoy día por su nivel de bajeza y no por su grandeza.

No me resulta nada ajeno pues el análisis de amdg: los asesinos de Laden son partidarios de alianzas con la izquierda para destruir a occidente. No para construir nada, solo para destruir. Jamás han hecho nada; jamás lo haran; pero eso sí: saben  destruir.

Hay una diferencia que la galaxia ha hecho evidente: del catolicismo se es ateo; del islamismo se es degollado.

No es banal.

Tampoco lo es que yo soy ateo de una cultura que ha hecho la misa de Mozart; las obras de Bach, el gregoriano. Prefiero ser ateo de esa cultura y civilización que de una banda que alardea de apalizar a sus mujeres y torturar a sus hijos.

Pero la estrategia de apelar al odio, la inquina, la envidia  la ira y la soberbia de los occidentales mal educados, les está funcionando.

Actuan como el sumiso al malo de las peliculas; y como en las peliculas, serán los primeros en morir. Realmente, ya son muertos.

"Ojalá vivas eternamente"

Leónidas. Le acertó el diagnóstico al traidor.

11 comentarios:

GFO dijo...

Si Leónidas reviviese,y por ensalmo apareciese por estos lares,lo tacharían poco menos que como a Ynestrillas.
Malos tiempos para la épica.

Herel dijo...

Muy interesante la frase de la pasionaria. Aunque desde el punto de vista de una fuerza menor que aspira a desbancar a la fuerza dominante, es una estrategia lógica la de destruir primero... para luego construír encima lo suyo. A veces sale más barato construir y reconstruír que intentar parchear.

Y por otro lado, construir conlleva destruír, y a la inversa. Cuando se construye una industria o una ciudad, a la vez se destruye un medio natural: el que está encima y el que le servirá de suministro y vertedero.
Cuando se construye propiedad privada, se destruye el derecho de los que no la poseen sobre ese suelo o materias primas.
Cuando se construye una ley que beneficia a algunos, se destruyen otras muchas leyes alternativas que beneficiarían a otros...

Ignacio dijo...

Vaya lío conceptual que llevas.
Es mas simple:
LA pasionaria era una envidiosa, y de puro envidiosa derivó en asesina cruel.
Simplemente.


Y cuando se hace algo no se priva a nadie de nada. Lo que pasa es que si elevas una casa en una montaña (por ejemplo, el Partenón) excitas la codicia de quien no fue capaz de pensarlo y hacerlo.
Eso, se llama envidia.
El usar la tierra es una obligación de los hombres.

Anónimo dijo...

Una entrada espléndida ignacio.

Anónimo dijo...

Bueno, yo sería capaz de matar por ser esclava de un Leónidas; en cambio escogería la muerte antes de servir de ídolo a alguien como Jerjes.

[HDZP tiene razón, me alegra comproar de nuevo q la Galaxia sigue en forma]

o s a k a dijo...

coincido con el camarada 'zeta'

y en cómo el que no sabe construir, o no puede, se limita a concebir un mundo reducido a juegos de SUMA CERO, en el que lo que tengo es privado a los demás, en el que todo es material y no hay lugar para el deleite, ni tiempo para el amor. En la suma cero no hay esperanza, ni evolución, ni sentido común, ni nada, sólo filibusteros y desolación.

Gran post, Ignacio. Y hazme caso: selecciona, edita y conviértelo en libro.

n a c o
desdelterruñomaño

Ignacio dijo...

¿alguna vez he dejado de estarlo?

Ignacio dijo...

Busca editor, Naco, que el material está a la vista sólo la punta del iceberg, solo la punta pequeña.

o s a k a dijo...

¿sólo la puntita, quieres decir?

;D

n a c o
desdelaheterosexualidad

Herel dijo...

Hombre, claro, el que se quiere construir una casa y una huerta -por ejemplo- pero no puede hacerlo porque todo el suelo es propiedad privada de otros, seguro que les tiene muuuucha envidia. Sin duda desearía que ese suelo fuera suyo para poder materializar en él sus proyectos.
Los comunistas se convierten en defensores de la propiedad privada en cuanto la tienen, o pasan a ser comunistas de boquilla. No defiendo el comunismo, pero entiendo que quien no tiene nada intente cambiar las cosas, por envidia, por necesidad, o por las mismas razones por las que el que tiene propiedad privada intenta mantenerla o ampliarla para asegurarse el futuro.

Trato de ser objetivo. Son conflictos de intereses, pero me parece excesivo decir que unos construyen y otros destruyen; simplemente se enfrentan, y los calificativos dependen del punto de vista, y del bando del que te pongas.

Si A y B viven en un desierto y A se apropia del oasis que necesita también B, obviamente, B -muerto de envidia- tendrá que destruir la estructura que le ha interpuesto A, o emigrar hacia otros oasis, que mismamente son propiedad de C, D, E... Si lo consigue y se apropia del oasis de A, ¿luego le tocará a A el calificativo de destructor envidioso?

Ignacio dijo...

Es que al final siempre vamos a la existencia de buenos y malos; al fondo de la condición humana.
A grandes rasgos: la libertad es creativa la imposición destructiva.

Entrando al detalle acabaremos en lo personal.