jueves, 29 de enero de 2015

El precio

Fumando en la puerta del 33 totalmente borracho, pasa una belleza morena espectacular, me da la correa “guárdame el perro” y se mete a los ultramarinos.
Apuro el Gin tonic mientras pido dos mas, pensaba en el concilio de Trento; sale de los ultramarinos, coge la correa, me da las gracias con una voz de tonalidad elegante y bien modulada, con melisma, y se va.
Vuelvo hacia Buñol, y en la esquina de la balsa encuentro una conocida, conversamos, le comento que bonita escena acaba de vivirme.
Ah, ya se quien es: está casada con tal, es la hermana de la mujer de tu amigo Javi, que estudió……y ahora anda por…. “ ni la CIA ni la KGB tienen informes tan detallados acerca de nadie.
Escena: te dejan un perro en el bar, sujetas al perro, te da las gracias y se va. Luego el borracho torce por el callejón.
Con menos se han hecho superproducciones.
Pues si eres de Buñol te jodes, porque no te puedes quedar con una escena bonita de un momento bonito, enorme, precisamente por su simplicidad, y pleno de belleza por su aparente cotidianeidad, y lo bonito que es: una desconocida que te trate así, y te deje un bonito recuerdo para el almario, NO: eres de Buñol, el precio se paga ¡como vas a tener un recuerdo bonito, un momento delicioso, un instante de sosiego o de comunión con la realidad! la malasombra inherente te ha de joder hasta los momentos de sosiego espiritual.
La chica le deja el perro al borracho en la puerta del bar, Bogart mira desde la barra y Mr.Cairo vigila desde un coche, luego recoge el perro y es discretamente seguida por un coche, y entonces el borracho torce por el callejón y se pierde en la niebla.
Eso, jamás podrá rodarse en Buñol.
El precio, se paga: quieras, o no.

4 comentarios:

rs222 dijo...

Comprendo, aquí por ejemplo ademas de heredar bienes de los mayores, también se heredan: simpatías, antipatías, resentimientos, sobrenombres!

Anónimo dijo...

Laisse en paix-moi!
kalobel

Anónimo dijo...

Pagafantas!

Anónimo dijo...

Ignacio es brillante, ; con luz propia, ; con una inteligencia que dudo mucho hayas encontrado a lo largo de tu vida,; por lo tanto dista mucho de ser un pagafantas.