martes, 16 de septiembre de 2014

Moradurías

ándese con prudencia vuesa merced, que andan los tiempos recios” no vayan a ir a la inquisición y le vayan a levantar algo, le decía Santa Teresa a San Ignacio mientras ambos estaban en todos los puntos de mira de la época; “Tristes tiempos éstos, en que no se puede hablar ni callar sin peligro” dictamina Luis Vives, y todos en ello andamos: una sociedad en la que los excelentes comunicamos por la red y rehacemos las tramas de contacto mediante la comunicación electrónica y la masa dictamina, otorga y sobre todo condena, y si acaso juzga: lo único que ha cambiado es el punto referencial de la propaganda, que es la base de toda moda y modernidad desde 1789, cuando empezó la mentira a ser la ley, por la cual se empezó una inefable etapa de esclavitud y abominación de la cultura: la historia fleja en Trento, y a partir de ahí la propaganda sustituye a la comunicación en el hiperbóreo concepto de la historia y la cultura.
El sistema se establece en 1789 y muere matando, incapaz de reconocerse a sí mismo en su infamia; la historia vira en Trento donde se fija la justificación de toda infamia en la interpretación versátil de la verdad; en estos tiempos la propaganda sólo tiene efecto sobre aquel que quiere creérsela y cada vez menos, y cada vez más se generan espacios seleccionados (y no selectivos) de relación donde la estupidez no tenga sitio: y sigue la propaganda manipulando a la gente por oleadas, y debemos escondernos de tal marasmo de confusión y horror para poder discernir la realidad y nuestra propia vida, y cada vez quedan más en evidencia todas las artimañas del mal para sembrar la confusión y continuar en la impudicia; a cada día se intenta prefabricar lideres de mesa camilla que son ridículos por donde se los mire, y siempre hay tontos que pican (éste es el verdadero profeta, os lo digo yo que he seguido a muchos, y de esto entiendo) y siempre hay un resguardo a la excelencia y la persona en los rincones de la blogosfera: andan los tiempos recios; nada nos turbe, nada nos espante.

No hay comentarios: