jueves, 8 de mayo de 2014

La radio en la noche


Estoy en una biblioteca pública.
Anoche, martes a miércoles, a partir de las doce de la noche en RNE hacen programas de algo. El que da paso al amanecer de tan cursi y remilgado,modoso y sumiso, apesta; el que va de medianoche hasta ese programa empezó a dejar entradas de llamadas de tf a los oyentes: estaban explicando como hacer un “curriculum vitae” y cual era la “problemática” pero todo con mucha asertividad, empatía, y muy positivo: todo el mantra de estupideces al uso.
LLamó un sr. explicando cosas que estaba viviendo: como se duchan y lavan en bibliotecas públicas, como se disimulan entre la gente para que no se les note la ruina, como se apoyan entre ellos para poder pagar el billete de metro a alguien que tiene que ir a un sitio a dar la cara por la posibilidad de un puesto de trabajo, como además de no abusar de cáritas hacen una red de apoyo: se ayudan entre ellos, con los billetes de metro, con el lavarse, el comer, el aparentar…..momento en el que lo cortaron, porque ese “no era el tema” y el tema era el cv y si hablaban de otra cosa se les comía el espacio.
RNE se ha ido por el sumidero, por mucho que alardeen de haber subido en oyentes, lo cierto es que acto seguido yo pasé a radio clásica. La tibieza, el relativismo, la sumisión al dictado de la corrección política, la estupidez en suma, están acabando con una red de emisoras que debía de tener algo de vergüenza: ya no digo proteger al idioma, que lo destrozan, simplemente hacer radio, porque si en España hoy un sr. cuenta como están sobreviviendo ocultos en el medio de la sociedad los desalojados del sistema por la horrible situación de desastre a la que nos han llevado, y hablaba con educación y correctamente, si ese sr. no tiene espacio, si esa situación hay que “no visibilizarla” porque ya ignoran su idioma presas de tal corrección política que hablan un mal sajón traducido, si para todo se aplica un “protocolo” cuando cierto tipo de tareas se hacen mediante un procedimiento u otro, si hay que destrozarlo todo, lo están consiguiendo.
Estoy en una biblioteca, en este rato certifico que los baños son utilizados y no como ocasión sino con hábito, pero muy discretamente, y la mayoría de gente que hay aquí tienen más de treinta años, muchos cincuentones, o casi, los bibliotecarios intentar no ver casi nada y no enterarse.
El sistema ha muerto, muere matando, y ya es más que evidente.

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