La relación sigue estableciendo pautas en estudios, escuelas, centros y personas en sus concepciones del tiempo, la música, y la naturaleza vertebral de la cultura; me honran los casos que se han puesto en contacto conmigo; me entristece los que lo están utilizando con artimañas para atribuirse la autoría de mi trabajo. La explicación del cambio de hora ha sido ya perfectamente definida en los medios “porque nos obliga la unión europea” la misma entelequia que apoya a nazis en Ucrania cuando todos los europeos estamos a favor de los ucranianos, y en contra, la misma entidad que justifica desmanes y saqueos de la plutocracia financiera ajena a toda concepción y realidad de las personas: se han admirado de sí mismos en un horizonte pueril de organización social y actúan como si tal estuviese sucediendo ya y además fuese inevitable: a otros en tal confusión mental les llaman frikis cuando no los encarcelan en jaulas químicas de tratamiento psiquiátrico.
Negar la verdad siempre acaba siendo algo a enmendar, aunque estos vivan en la ansiedad de pensar que lo pagarán otros en su hedonismo de apariencia, putas y sustancias, dirigidos por el hombre de la foto de Las Azores que tiene todo el aspecto de haberse escapado de una falla, porque su cara de ninot es impagable: el Durao Barroso a quien nadie ha elegido para nada y sigue con su cara acartonada creyéndose que establece la verdad es la esencia de la unión europea: denostada la foto de Las Azores, pero él de presidente, elegido por nadie y situado por alguien, al igual que Draghi o las grandes evoluciones democráticas que anda impulsando la otan que acaban con pueblos, vidas, y haciendas subsumiendo todo en lo oscuro, en la amargura y la tristeza.
Sigamos obedeciendo al amo, pero no os preocupéis, que os dirigen maternalmente como haría la bruja de Blancanieves con todo el sistema de propaganda, de escuelas de concentración y de presión social: ya están llenos de rabia porque se han visto en evidencia ante ellos mismos, reaccionarán matando, porque la verdad nunca la admitirán aunque se les muestre, y gastarán nuestro dinero en justificar la plutocracia financiera y no en que coman los pobres, en un sistema protestante de concepción del mundo, jaleado por la clerecía en vigor, enemiga de la antigüa religión de España, el catolicismo.
Cambia la hora: aquí tenéis la explicación de porqué, y aquí la exacción de La Relación que utilicé para explicarlo y promocionar el libro.
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