jueves, 17 de enero de 2013

Buñoleras

Espartano: vuelve con tu escudo, o sobre él. Afectuosamente las mujeres de Esparta exigían a sus hombres que fueran buenos padres, buenos hombres, buenos patriotas: garantizaron así la pervivencia de la cultura frente a la indolencia financiada del resto de ciudades; con tan sencilla máxima, consiguieron que estemos aquí. Las mujeres que nos corresponden (nos cuidan y organizan, nos enseñan a cantar y comportarnos) son esas: madres rotundas, mujeres implacables, afectos desmedidos y certezas legendarias; la naturaleza de la cultura nos da el reflejo en la realidad, aunque frente a las Espartanas y Apolonia, hayan pretendido imponer un magma de feminismo que más que mujeres ha generado una serie de gente que sólo son un pozo de confusión y mal, relativismo y cobardía maximizada, devoran a sus hijos en el afán de protegerlos, y malhablan y pregonan a las espaldas como si nadie fuera a saberlo: algún marido ha reprendido a su mujer últimamente en Buñol a cuenta de sus deslices en facebooook, alguna mujer ha exigido hombría a sus maridos a cuenta del desdoro social y personal que supone apoyar hoy día la animalada que es la obra que quiere ejecutar (literalmente) el ayuntamiento contra el pueblo, la naturaleza y la cultura.
Cuando nació Alianza Popular había que escucharlos rugir contra esos horribles fachas, ya no digo lo que se decía de un elemento que alardeaba de ser nazi e ir a la universidad a dar palizas a rojos. Es que hasta la venas del cuello se les hinchaban de llamarme facha: aún viven.
El secretario general de Alianza Popular, que alardea de haber mangado dinero de subvenciones para el partido es ahora la cabeza visible y mandante de IU: el delfín de Fraga y el chulo piscinas que alardeaba de ir a dar palizas a rojos es el jefe directo del partido que detenta la alcaldía de Buñol, con el apoyo de el psoe, que apoya al partido de Jorge Verstrynge que alardeaba de dar palizas a rojos y de ser nazi: en su coherencia el ayuntamiento de Buñol promueve la política de Fraga de los cincuenta de “turismo” con eslóganes simplones y buscando el dinero del turismo y de la construcción: si ha fallado en toda España con los deplorables resultados que vivimos y sufrimos, acertará en Buñol, que mi chico sabe mucho, y eso del partido ayuda; tranquiliza y ayuda al sosiego saber que el partido que tiene en sus dirigentes al delfín de Fraga que alardeaba de ser nazi haya convocado un referéndum antes de ejecutar (literalmente) una obra que destrozará al pueblo buscando unos fines que si bien no tienen nada que ver con el pueblo y sí con movimientos fiduciarios, va bien incardinada en la estrategia del psoe de considerar a Buñol un suburbio para solaz de los señoritos, un corral donde tener el ganado que justifique sus desmanes, no un pueblo con personalidad propia sino un suburbio degradado de Calcuta, aunque para la corrección política digamos “del extrarradio” y así justificamos todo desmán porque formamos parte de un sistema que se incardina en otros sistemas y debemos hacer lo que haya que hacer –un día una cosa, otro la contraria, o ambas a la vez- siempre “por un bien mayor” excusa ya anticuada: por “un bien mayor” Judas entregó a Cristo a los romanos sin que interviniera el frente popular de Judea: se mantiene el precio aunque ahora las treinta monedas de Judas sean un dinero opaco y pagos en especies que “es mejor que el pueblo no sepa por la gobernabilidad” y así la opacidad se justifica porque se hace un referéndum para hacer lo que nos dé la gana y creernos que aliviamos nuestras febles conciencias.
No todas las mujeres son iguales. Frente a las abducidas por modas, actitudes y aberraciones de la actualidad un montón de buñoleras han reaccionado: algunas han callado cuando sus maridos las han reprendido; otras han reprendido a sus maridos por apoyar al partido frente al pueblo, y todas ellas visceralmente tienen muy claro que primero su pueblo y su gente y luego lo demás: gracias a Dios, no todas las mujeres son iguales, y yo a las buñoleras las tengo tratadas.
El partido de Verstrynge, el nazi delfín de Fraga que es de los que ahora mandan en IU quiere destrozar mi pueblo….sin contar que aunque le apoye el psoe, en Buñol hay buñoleras; y aunque haya semadas y abducidas, el vigor y la reciedumbre están ahí, que si somos buñoleros es porque ellas nos hicieron y conformaron.
Con tu escudo, o sobre él. El partido del delfín de Fraga, que alardeaba de ser nazi se impone por autoritarismo a la voluntad del pueblo; va contra la naturaleza, la cultura y el pueblo: las buñoleras en la intimidad de sus alcobas van a reprender a sus maridos que ellas no son mujeres de lacayos ni madres de siervos, y luego pararán el trabajo a medio día un rato que en esencia son las espigadoras de Millet.

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