En una cosa estamos de acuerdo Rariano y yo: cuando esto haya acabado, nada será igual de como lo hemos conocido hasta ahora; en eso, llevo desde la Realidad fractal insistiendo en ello. En otras, el panorama es desolador: desde la oposición a la prensa, a la blogosfera y los cotorreos de twitter, todo es de una linealidad pasmosa:
-que hay de lo mío.
-sólo está bien lo que coincide conmigo o me beneficia o me ratifica, si no, lo hace mal.
Rub al kaaba actuó desde lo más profundo de la maldad humana: “No esperábamos que nos traicionaran, nosotros nos adelantábamos y los traicionábamos primero” estrategia elaborada y definida por Molotov que no hace sino evidenciar la justificación moral de la maldad: no habló de lo que el otro dijo, sino de las intenciones que le presupone y le quiere presuponer oponiéndose a ellas: no a lo dicho, sino a lo que considera que son intenciones que tiene, nada de lo que dice, todo sobre intenciones. Moralmente deplorable, la esencia de la maldad humana; y mira, hay mucha gente que ve eso y eso vota; en el fondo trasciende sólo su afán de notoriedad y su intención de no perder el chollo; sólo se vio su excelsa mediocridad y maldad. El de los comunistas intentando parecer algo sólo evidenció que quiere estar a la vanguardia de algo que parezca innovador, o sea, que sigue instalado en el XIX y cualquier día reivindican a Malthus. La palabrería demagógica queda bien en las fiestas, cuando la gente pasa hambre estos señoritos vergonzantes deberían ser barridos, simplemente por higiene.
Y cada uno busca solo su afán de protagonismo y su validación para el chanchullo; en la prensa: sólo lo que a mi me parece bien es lo que está bien.
Nadie ha visto lo que para mí es evidente: el que está ahí, es Rariano. No hay otra que admitir que con todo lo que a mi me parece mal y denostable de su actuación, es su culpa; el que tiene el gobierno es él y el en su discernimiento actuará como él considere. Ningún sesudo analista de la prensa ha pensado en que Rariano tiene el poder y lo ejercerá según su criterio, todos quieren que sea mi criterio el que prevalezca porque yo lo valgo: nadie asume que no es el superhéroe de nada, sino que ahora el que manda es Rariano.
El que no lo pelotea, se esconde para que no se le vea, o le da las directrices de lo que debe hacer: todo el mundo sabe más que Rariano, nadie se da cuenta de que eso, es infelicidad, fracaso y debilidad mental: ha ganado Rariano.
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