martes, 27 de enero de 2009

Coeficiente del Azimuth

Haber fatigado bibliotecas y haberse enfrentado a las fuentes y al latín, haber visto las entrañas de la tierra o haber constatado la evolución: haber constatado la evolución tecnológica, porque cada día es más palpable que aunque el número de habitantes crece, la inteligencia permanece constante, y resultan más sabios con menos palabras los medievales que nosotros en conjunto y de un implacable vigor Íberos y Romanos: evolucionó Roma, con su decadencia se hizo invisible pero no somos más que Roma con más tiempo, aunque se empeñen los profesionales de las burocracias en ser una Roma envilecida no somos más que aspirantes a la ciudadanía romana, pero la mayoría se olvidaron de estudiar para el examen.

El paradigma europeo del conocimiento es Erasmo: para muchas cosas prefiero a Luis Vives, pero es menos conocido; en todo caso; a estas horas he manejado más datos e informes de los que ellos pudieran sospechar en toda su vida; el volumen y la transmisión de datos, implacablemente se nos hace de una facilidad pasmosa: tan sólo hay que saber leer (algo sólo para elegidos) y discernir: el discernimiento se alcanza al haber olvidado lo aprendido; pero claro, para poder hacerlo primero hay que haberlo aprendido; así que los sabios de la legua ponen cara de haber olvidado sin haber aprendido jamás, y ni son sabios ni leches: sólo montones de maquillaje y actitudes de ofensas virginales, cuando van ofendiendo a la realidad con su simple presencia.

Llegarán a viejos sin haber sido jamás adultos.

La evolución tecnológica nos permite lo que no para Vives, sino incluso para Verne hubiera sido una herramienta venerable. La obra de alguien, la tuya, toda la obra, es posible, reflejable, visible y cuestionable, sobre todo por tí mismo; repasable y reconfigurable: sobre bases sólidas vas elaborando tu propia historia, que te cuentas a tí mismo mientras la vas viviendo: Algunos.

Ya Erasmo refiere los problemas de quien ahonda en la vida y no se queda en la superficie:

La sabiduría hace a las personas tímidas, por lo cual veis fácilmente a los sabios en la pobreza, en la estrechez y en la oscuridad, despreciados, desconocidos y olvidados. En tanto a los estultos afluye el dinero, tienen en las manos la gobernación del Estado y, en fin, prosperan de todos modos.

Elogio de la locura: Erasmo en Rotterdam al fin y al cabo no es sino alguien privilegiado: tenía acceso a una imprenta; no todos lo tenían: ahora no vale esa excusa para nada; para nadie: a la hora que la gente entra a trabajar, saco yo a pasear mis perros: aproximadamente a las ocho de la mañana, la gente entra a las oficinas y yo ya he recibido para ese día más información que Erasmo en toda su vida, simplemente con el volumen diario del feed reader manejo directamente volúmenes de información que le hubieran resultado impensables. Si a esto añadimos mi capacidad de procesar la información, producto de mi trayectoria pasada y el avatar propio, en un día podemos mover más información que la acumulada por toda la humanidad hasta el siglo XX.

La información entonces es el logro de nuestra generación: nada que ver con la edad, sino con que somos la generación friki, flipados por Internet pero usuarios avanzados y avezados; no tanto preocupados por caber dentro del encorsetamiento ceremonial como por saber y llegar a la génesis de las cosas: a pesar de la tibieza la cursilería y lo políticamente correcto, nombres que enmascaran el miedo y la indolencia, nosotros caemos en el calor o el frío, el si o el no, el acierto y el error, y como tal lo asumimos. Nos volcamos al ordenador al punto que nos denigraron; ahora para muchos somos necesarios, para otros imprescindibles. Para todos, “a proteger”, nos tratan con condescendencia, lo propio de los que se saben inferiores: pero sabemos donde esta la información, y conocemos el camino al conocimiento, aunque no somos poseedores de él per se; sabemos donde está el camino con certeza; esa luz no nos falta, pero eso no nos hace sabios; tampoco nos hace socialmente reconocidos; al revés, se nos desprecia: el miedo de los que viven de la apariencia.

Erasmo nos reflejó, porque el conocimiento y la sabiduría no dependen del volumen de información procesado: un 286 es un ordenador que mucha gente ni sabrá que era. Ahora manejamos ordenadores infinitos; con un antepasado del 286 la NASA envió un hombre a la luna, y lo trajo de vuelta; con una pluma de Ganso, Cervantes escribió el Quijote; con bolígrafos, Torrente Ballester hizo la Saga/Fuga de JB; con medios anticuados se hicieron Las Meninas, con pocos medios Santa Teresa escribió: el medio no hace nada, la forma o el artilugio que se utilice no nos da la luz ni la sapiencia: pero tenemos más facilidades.

Aparentemente. Porque es muy fácil disimular y aparentar en la red, sabiduría, conocimiento, belleza….pero no hay nada oculto que no deba ser descubierto, ni nada secreto que no deba ser conocido: como siempre, alguien lo pensó antes que yo, alguien lo escribió mejor que yo, alguien lo hizo antes que yo: la cita es del Evangelio según San Lucas.

Realmente el elogio de la locura retrata una actitud que hoy día es norma sabida y por denostada realmente valorable: los frikis ya no somos monstruos de feria; la estulticia, a pesar de lo evidente sigue siendo la ley ¿se rige la sociedad por el mínimo común denominador? ¿Es lo necesario adecuarse a la realidad establecida por la expansión de la estulticia o es lícito quedarse al margen, al riesgo de la indigencia?

¿Acaso el encorsetamiento ceremonial no es sino una forma de domesticación necesaria para los infraseres?

¿Eousque tandem?

Manejamos cantidad de información y cantidades de información, pero no contentos con eso hemos sido nosotros los que hemos generado la universalidad [en cursi: el pueblo toma los instrumentos de propaganda] no contentos con además facilitar el acceso de la información a cualquiera en cualquier parte, hemos generado otras armas: podemos ser y hemos facilitado que cualquiera sea generador de información, distribuidor, y que pueda dar a la humanidad lo que quiera cuando quiera. Nosotros, los frikis, hemos conseguido que cualquiera pueda contar a quien quiera lo que quiera ¿realmente cuando nos llaman fachas, que dicen?

Ya no sueñan los frikis con información electrónica.

Se intenta controlar la red; El problema tal como se configura es muy simple: “podrás dar la información, cuando te autoricemos”; el problema es el miedo que tienen a la libertad: a que la gente diga lo que quiera, y cada cual lea lo que considere. Hagan lo que quieran; esa batalla ya la han perdido, en el sagrado nombre de la libertad.

Podrán legalizarnos o abrumarnos de leyes como pretenden los estultos, pero seguirá la cosa, sea aquí, sea allá; la persecución legal es imposible, la libertad tomó el frente electrónico y la gente no es tonta: a la gente ya no es lícito llamarnos pueblo, somos personas, ciudadanos, hombres libres pero no pueblo ni masa ni vulgo.

Ese es el frente ahora, esa es la batalla: la libertad de los individuos para dominar y manejar su vida y la información que los conforma y organiza.

Pero claro, como somos adecuados borregos ovejilmente educados, dejaremos todo el potencial de la creatividad de nuestras propias vidas en manos de los que verdaderamente saben “lo” que hay que hacer y velan por nuestra salud mental y adecuado desarrollo personal.

La ignorancia, el desconocimiento o la falta de información ya no sirven de excusa: ni para nosotros, ni para nadie; la mentira y la indolencia vital son una opción personal, pero quien quiera vivir en ese pecado (o el pecado) es por elección, no por falta de medios ni opciones para poder ser un hombre libre: si prefieres estar sujeto a una regla, unas normas y un corsé, será por tu decisión propia, y nada más: a nadie podemos culpar de nada mas que de lo que sean culpables.

Frivolizando: es elegir tu estilo.

Erasmo obtuvo la lucidez en su tiempo; nosotros debemos aspirar a alcanzarla: en el camino, hemos abierto el camino a todos los que quieran pasar. Esa es nuestra grandeza ¿alguna duda?

Tenemos una evolución tecnológica muy aprovechable; pero nada hemos evolucionado desde Roma (siendo optimistas: pienso que hay demasiado australopitecino por ahí bramando consignas) y desde luego, esto debería servir para mejorar sobre lo existente, no para usarlo como herramienta de degradación de los hombres; de alienación colectiva. En nuestras manos está, ya es cosa de individuos: mis lectores me han elegido: eso, me honra; cada cual elige a sus referentes, y me siento halagado de cada uno de ellos: ellos me constituyen.

7 comentarios:

rs222 dijo...

Me gusto esta entrada.
me gusta tu blog, estoy suscripto a el.

Ignacio dijo...

No podía saberlo ni conocerte; muchas gracias, es un auténtico honor.

Interruptor dijo...

Pues sí, tenemos mayor capacidad de generar, transmitir y recibir información de lo que jamás habría imaginado mente humana hasta hace unos pocos años. Pero el acceso a la información no obliga a su comprensión.

Quizá por eso que apuntas, ”somos adecuados borregos ovejilmente educados”, es por lo que las capacidades fundamentales para hacer útil la información, las capacidades para procesar esa información, que son el entendimiento y la crítica, no las tienen más que unos pocos.

Erasmo fue uno de esos pocos, que en su época abundaban más que ahora.

Pero esas capacidades las tenemos desde que nacemos, no necesitamos que nadie nos las regale, pero si no ponemos interés en mantenerlas y formarlas, llegarán esos que “saben “lo” que hay que hacer y velan por nuestra salud mental y adecuado desarrollo personal” y nos las anularán por completo, utilizando sus magníficas herramientas (LOGSE, LOE, propaganda en prensa y televisión, programas que absorben neuronas, etc.) convirtiéndonos en seres animados no pensantes, en hooligans de sus movimientos, de sus lobbies, de su estulticia.

Pero nuca es tarde si la dicha llega, y cualquiera puede regenerar sus capacidades con el esfuerzo necesario. ¡¡Ánimo, socialdemócratas, aún podéis!!

o s a k a dijo...

destruir, ignorar, despreciar son actitudes más fáciles de adoptar que una actitud decidida por el conocimiento (la búsqueda de la verdad) y la libertad que aquélla ofrece

por primera vez en la historia el hombre masa tiene acceso al saber humano más excelso, que no bastando para su libertad, la posibilita enormemente

confiemos en que así sea

el verdadero lujo de nuestros días es el tiempo y ahí se plantea la batalla de Occidente. Es muy difícil saber quién eres y qué te conviene cuando te despegas de la realidad. Si queremos sobrevivir como individuos en una sociedad organizada, tendremos que bajar del tren de alta velocidad y pisar un camino pedregoso. Está todo inventado.

n a c o
derotterdam

Anónimo dijo...

Información. Uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis según Buñuel. Y eso que no conoció internet.

Ignacio dijo...

Estaba leyebndo tu post; lo tengo aquí al lado en recomendados: el problema no es la información, sino la carencia de formación para saber procesarla: la carencia de discernimiento.

Interruptor dijo...

Discernimiento. Yo decía entendimiento y crítica, que pal caso es lo mismo.


etamosdeacuerdo