miércoles, 7 de enero de 2009

Arrecian los tiempos

Y el aire en su frío con la luz sobre el mar anuncia la pascua: ya se prefiguran los brotes y los alegres momentos; y son las luminarias: aunque no sepamos de qué, todos sabemos que algo va a suceder. Nada se corresponde con la realidad, los contadores oficiales ni siquiera hacen coincidir la realidad con lo que cuentan: todo es un disparate.

Acabado Obama como gurú omnisciente de la progrez, a la espera de una nueva murga y un nuevo gurú, la realidad se impone: no pasa nada. Siempre hagamos eco a los clásicos:

“abominad de la boca que predice desgracias eternas”

y lo cierto es que cuesta: todos por todas partes están entregados a la amargura, el catastrofismo, la desgracia y las cosas malas: no se habla más que de cosas malas, amarguras, odios, guerras, crisis, pobres y desgracias en general: y no pasa nada: España sobrevivió a la peste negra, sobrevivirá esta pulsión y a este sistema, y saldremos adelante.

El problema real es que el sistema se niega a aceptar su entropía, y está autofagocitándose para no morir; en una crisis de dinero no hacen sino dilapidar dinero; en una crisis económica, no hacen sino regalar los valores económicos; están confusos: o no tanto; no saben que hacer ni como hacerlo, pero nadie los descabalga de que han de ser ellos los que lo hagan.

Este sistema se ha agotado, y la crisis no es financiera, ni siquiera la Española (si, tenemos dos: la de todos y una nuestra, somos así de chulos) y lo que se percibe es sólo hastío; pero también hartos estamos casi todos de los removedores de desgracias, inventores de felonías, difamadores, altavoces de la podredumbre y huelebragas en general: este sistema está muerto; más tardemos en enterrarlo, más olerá el cadáver.

Lo demás, como siempre nos tocará hacerlo a la gente: la abominable casta de la satrapía socialdemócrata robarán hasta el final, pero nada crearán; esperan que algo los haga salir de ahí: y piensan algo: porque ni siquiera se encomiendan a Dios.

Esto es cosa que hay que solventar persona a persona, sin alharacas, sin amarguras, sin voceadores de desgracias eternas y con sencillez: la gente, ha de echar de todas partes a la repugnante socialdemocracia, y seguir avanzando, que esto ya aburre demasiado; y el aburrimiento no es propio ni sirve para nada ni para nadie.

Ya se prefigura la pascua; habrá Resurrección.

12 comentarios:

Peggy dijo...

Nunca pasa nada ,es la esencia de todo el cambio , las crisis , los conflictos ...como en el Gatopardo todo cambiara par ser lo mismo ...pero nos entretenemos analizándolo ....

Embajador dijo...

Propósito bloguero-político para 2009: Dar esperanza.

Confesión: me está costando.

Muy de acuerdo con la Peggy: nos entretenemos analizándolo.

O como decía una tía abuela de mi padre cuando le sobrevenían los escrúpulos de conciencia en las reuniones de amigas : no criticamos, solo comentamos.

Ignacio dijo...

No pienso permitir que esta gentecilla que vuelcan su amargura, soledad, fijaciones sexuales, por presencia o carencia, y demás amrgados en general me condicionen; sea lo que sea, la cosa con alegria: al paredón ire, pero con con la camisa abierta y riéndome de mi mismo.

Ignacio dijo...

Y asi: necesito Esperanza.


España la necesita.


Y no hablo de la memez esa que teneis en Marid.

o s a k a dijo...

Muy acertado lo de que en España somos tan chulos (y tan vascos, qué pasa) que nos echamos a la espalda no una, sino dos crisis de las gordas.

supongo que lo único que nos salva es lo de siempre: todos tenemos en la punta de la lengua el nombre de 7 u 8 personas que tiran del carro. Y algunas de ellas no sabrían hacer otra cosa.

Ahí reside nuestra esperanza: en los hombres buenos y en intentar serlo.

n a c o
rebobineporfavor

Ignacio dijo...

Creo que eres muy inocente, Naco.


En España, al que tira del carro, además de llamarle burro, lo muelen a palos y lo echan a un muladar sin siquiera enterrarlo.

Luego, su viuda queda desconsolada pero forrada de dinero y llora mucho ,.....al muerto, tanto como machacó al vivo.

Loas vividores le ponen una calle, la recalifican y se forran a cuenta del nuevo régimen.

Si a Cristo lo crucificamos ¿que crees que hacemos con el vecino?


¿o es que ya somos mejores que Cristo?

o s a k a dijo...

tienes razón

pero aún quedan personas buenas que aportan la poca decencia y potencialidad que nos queda

mi argumento es compatible con tu razonamiento general

n a c o
mando
universal

Ignacio dijo...

Claro que es compatible.

Solo dos cosas están claras: una que son tiempos en que medra la confusión; dos que si no nos damos a la alegria como dice el embajador, hemos perdido.

bitdrain dijo...

Yo diría que la crisis lleva unos cuantos años dando coletazos, es una crisis de moral y de intelectuales.

Eso último, lo demás degenera de ello.

Un saludo.

Orisson dijo...

La peste se superó. Muy cierto. Pero algo tuvieron que hacer para acabar con la peste, y lo primero reconocer que existe.

Ahora centrémonos en nuestro negocio: ¿cuál es exactamente la peste actual? No me valen cosas circunstanciales ni complejos razonamientos: busco algo que se resuma en una sola palabra.

Y una vez localizada la enfermedad veremos cuáles son los tratamientos adecuados y los efectos secundarios de cada uno de ellos.

La peste no pasa sola: es nuestra responsabilidad superarla.

Un saludo

Ignacio dijo...

Es la progrez
pero vamos ya me iras leyendo

Clandestino dijo...

La desgracia eterna siempre lo es. Siempre esta en el presente. Negarla u ocultarla no la evitará. Nadie podrá olvidar el hedor putrefacto de la carne muerta. Pero nadie se apercibira contra una catástrofe cubierta con una seda florida y perfumada, de aspecto inocente e inofensivo. Hay que señalarla. Mostrar su suciedad perniciosa e insalubre. Pregonarla. Darle nombre y apellido para que todos sepan de su existencia, origen y familia. Si no conocemos al enemigo no podremos vencerlo. No entenderemos la necesidad de vencerlo. No sabremos que hay que combatirlo. Pero él avanzará imperturbable en su largo recorrido por la eternidad.

Solo mostrando el lado negro, podremos contrastarlo y distinguirlo del lado blanco. Si pintamos todo de blanco, no conoceremos la existencia de otros colores. Evitar ser castastrofista no solo no evita la catástrofe, sino que se le presta una gran coartada, que la encubre e inmuniza.

Vencer es el mérito de la lucha. Sin lucha no hay victorias. Cuando no se lucha no hay gente buena, porque si la gente buena no hace nada, no es buena gente.

Sí; se prefigura la pascua; habrá Resurrección... previa tortura y muerte violenta del resucitado. La resurrección no es el premio, sino la constatación del fracaso previo.