viernes, 10 de octubre de 2008

S O S

Save Our Souls: salvad nuestras almas, fué el mensaje que emitió, una noche, el Titanic; de ahí la tradición. Ahora, con una solidaridad legionaria, políticos, partidos y sindicatos se esfuerzan denodadamente por salvar a los bancos y a las constructoras.

No a la gente que no puede pagar la hipoteca, o comer: Salvando a los bancos y a las constructoras. La excusa que me den, no me la trago; y seguro que casi es más que una obra de caridad, una ong, a salvar a la banca.

A salvar a los millonarios, a salvar esas estructuras aberrantes, a salvar los puestos de trabajo de esos que os han mirado por encima del hombro, que os han devuelto un recibo porque faltaba medio euro, que os tratan con condescendencia, esos trabajadores de la internacional proletaria del ahorro antifascista, esos puestos de trabajo vais a salvar: con vuestro dinero y a costa de vuestro trabajo y vuestra vida, salvad a los millonarios, a los bancarios y toda esa estructura que os ha amargado más de una noche: todos a ello, y os dirán que son medidas contra la crisis. Si, contra la crisis, pero no contra la vuestra.

Nada dirán de salvar al bar de la esquina, ni al autónomo de la tienda o al desgraciado que ahora mismo está cerrando: salvad a los bancos, falta la manifestación de “crisis nunca mais” porque da ya auténtica vergüenza.

Pero cuando os devuelvan un recibo, os traten con condescendencia, y os dejen tirados por cualquier memez, no os quejeis: los estais salvando, gracias a zp, Rajoy pepiño y sindicatos afines. Afines a la pasta, que no a la gente.

6 comentarios:

Mary White dijo...

SOS es lo que deberíais pedir los de tu tierra... DE LA VEGA VA PARA ALLÁ.
Y no sé porqué me acuerdo de Bender en estos momentos...

Ignacio dijo...

Lo unico extraño, es el mes; porque los Madrileños ensoberbecidos suelen venir en agosto, ir a Gandia, todos tener informacion confidencial de algún ministerio, no tener un duro, ser unos horteras, y saber más del medio ambiente en el que vivimos que los que vivimos en el medio del medio ambiente.
Ahora la jugada es mas pérfida: os enviamos a Zaplana, ahora a pons de belleza en siete dias, a la pajín, a todos estos que aqui aburren a las piedras y queremos divertirnos mucho: los del mercado medieval os los vamos a empaquetar todos para alla.

Interruptor dijo...

El salvar a los constructores que se han estado enriqueciendo a costa de la especulación y el cazo, no me parece ni medio normal.

Lo de los bancos es diferente. Si parte de los impuestos que pago van a salvar el banco en que tengo mis ahorros en lugar de ir a pagar el avión en que el presidente va a ver cantar a su señora, o en helicóptero en el que la ministra de turno va a dar una conferencia, pues casi que me importa poco. Espero que el banco en el que están mis ahorros no se hunda, por mi bien y el de muchos miles de personas más.

El problema es que de cada euro que reciba el banco, 75 cents. irán al bolsillo del banquero y 25 a salvar la empresa, y eso ya no me gusta ni un pelo. Pero sigo prefiriendo pagárselo al banquero, que al menos es un tío que produce algo, que pagárselo a la de la Vogue, a Sonsoles, a Parviño Blanco, Rub Al Kaaba o alguna de cuota para que hagan viajecitos a comprar en Harrods.

Mary White dijo...

Eres un envidioso,Ignacio... vosotros tenéis a Rita y nosotros a De la Vega, salimos ganando... ¡¡dónde va a parar!! :P

Anónimo dijo...

Como dice interruptor, salvar a los bancos es la única salida para mantener a flote al resto de españolitos. Cómo estará la cosa que el gobierno no debía entrar en el sistema financiero internacional, y ya nos están diciendo que garantizan sólo 100.000 € en caso de que un banco se hunda. Seguramente, todo el mundo se plantea quién tiene hoy 100.000 €, y realmente, sí, hay quien los tiene, no soy yo, pero sí mucha gente que los ha conseguido a base de ahorrar y no engañar a nadie. Familias enteras ahorrando toda su vida por el porvenir de sus hijos, quedan todavía.

¿Si no salvamos a los bancos… cómo salimos de la crisis? No digo que no haya que salvar al autónomo ni al de la tienda de la esquina, por supuesto que sí, pero seamos realistas; si queremos puestos de trabajo de calidad donde sentirnos realizados y que nos premien con un sustento que nos permita pagar la hipoteca, debemos salvar los bancos. Si los bancos caen, que poco les falta, el que todavía puede respirar un poco, también se hundirá en la miseria. Parece duro, de mentalidad burguesa, pero no es así, aunque no lo parezca es la jodida realidad, no hay otra solución, y si la hay, no hay estudio económico mundial que la haya encontrado.

El constructor que ha sido espabilado ha ganado mucho dinero en estos años, pero no olvidemos que se ha metido a constructor hasta el charcutero de la esquina. Más que a constructor hay que decir que a promotor. La L.O.E., (Ley de Ordenación de la Edificación), contempla al promotor como el agente de la edificación que no precisa de conocimientos sobre construcción, sucintamente, basta con que financie la obra, que ostente la titularidad del solar, facilitar documentación para la redacción del proyecto y gestionar las preceptivas licencias. Si hay alguien que ha ganado dinero en la pasada época de bonanza, han sido los promotores, es decir, todo el que le ha dado la gana de meterse, porque ¿quién no conoce a alguien que de la noche a la mañana se ha hecho promotor y a lo mejor era conductor de autobuses toda su vida? Los constructores sólo han sido contratados por ellos, y si no los apoyamos, hemos de tener en cuenta la retahíla de oficios que caen detrás; albañiles, estructuristas, fontaneros, electricistas (así como el resto de oficios de instalaciones), pintores, encofradores… y todo ese sector primario que no hay que olvidar, que no son empleados por los constructores ni por promotores, sino son SUBCONTRATAS, es decir, autónomos. Esos mismos autónomos de la esquina que pedís que se ayuden.

Seguramente, el taller que nos arregla los pinchazos de las ruedas del coche, también arregla los de la maquinaria de construcción. Tampoco se pueden obviar a las fábricas de placas solares, a las de materiales de construcción y sus correspondientes tiendecitas LOCALES donde se venden, y todo lo implicado con este gremio, que también son PYMES y AUTÓNOMOS, y han caído en picado por el hecho de que las constructoras se han estampado hasta quedarse sin piños.

Todo es una cadena, y si rompemos la matriz, nos cargamos a todo el mundo por completo. La construcción es un gremio que pierde credibilidad al estar representada por cuatro ricachones, pero en serio, no intento favorecer a ningún partido político, sólo haceros reflexionar acerca de que si cae, cae mucha gente, no tan ricachona sino gente humilde, en su mismo saco.

Si mis argumentos no os convencen, podéis preguntar directamente a ese fontanero autónomo de la esquina qué es lo que prefiere; si trabajar en esa constructora odiosa, o hacer cola en las filas del paro.

Todo esto tiene algo bueno, Estados Unidos está viendo cómo pierde su hegemonía, se les está acabando eso de ser los reyes del mambo para los yanquies. Esperemos que con suerte, sea la Unión Europea quien tome el relevo, y se nos permita, al fin, desarrollar nuestra inteligencia, pero para eso, nuestros bancos han de estar sanos. Sólo planteo dos opciones para quienes no podemos hacer nada: o aceptamos la situación, o seguimos siendo hipócritas...


Un beso, ignacio, te seguiré leyendo y te seguiré rebatiendo, que mola...

esperonohabermetidodemasiadacaña

Ignacio dijo...

Es que no me has rebatido nada.
Simplemente se garantizan eficacia en la estructura financiera, la estructura del mundo de la construccion conforme lo vemos no volvera a ser igual: se ayuda al capital en si mismo , se ayuda solo a la estructura fianciera sin que haya desparame hacia abajo ni se garantice nada.
Solo se ayuda a la estructura financiera sin ningun tipo de control