Refulge la mentira con deslumbrante claror: han descubierto que si los mismos a los que han perjudicado pagan el roto, pueden seguir perjudicándolos. Y dos huevos duros. Ninguna de las medidas propuestas, puestas o sugeridas va a acabar con la crisis, porque no es una crisis financiera: la imbricación del poder político con los mercaderes del templo, de los políticos con los asesinos, de esa amalgama formada llamada socialdemocracia no tiene entidad ni para reconocerse a sí misma: en ese caso huyen hacia adelante, empiezan a culpabilizar a la gente, a copiarse unos a otros para acabar copiando a los comunistas y demás socialdemócratas que tantas glorias dieron al mundo que hubo que resolver en la guerra mundial: siga corriendo el champán y la cocaina mientras el Titanic se hunde. Pero como no cambien el sistema, volveremos a arrastrar esta asignatura sin aprobar, sólo, con el “me queda una, paso de curso” hasta la próxima. Y ya suena a cachondeo; esta socialdemocracia cada vez es más realmente cutre: en el 29 por lo menos la rko sacó a la gloria de los tiempos a los hermanos Marx; apareció el jazz y se generó la suficiente energía para empezar a levantar rascacielos; ahora esto no da de sí mas que para canticios verbeneros cutres y coreografías vergonzantes, ni siquiera cabaret: veremos caer el mundo económico pero no veremos a Cab Calloway cantar en Cotton club, hi da ho men como reflejó la realidad del cine, también impulsado por la crisis del 29 ¿y ahora que? da verguenza, la verdad, y no es cosa mia.
Hoy en Valencia se celebra San Dionisio, costumbre es regalar a la enamorada un pañuelo para el cuello relleno de unos dulces de elaboración propia y privada de esta fecha; el que tenga enamorada y no se haya acordado, ya tarda.
Mi pañuelo sigue en el cajón; desde el principio de los tiempos, como la fidelidad de Doña Rosita; y al final, es lo mejor, siempre es la mejor solución.
(las lectoras de la galaxia recojan su pañuelo con los dulces en la puerta de Tannhauser)
1 comentario:
Yo me creía que el roto que iba a tapar el Gobierno con dinero público eran los impagos de hipotecas que ya va habiendo y los que va a haber conforme aumente el paro. Pero me he enterado de que no. Que a los parados que dejen de pagarla les van a ejecutar el piso igual, y los desahuciarán y tendrán que irse a casa de su madre o al albergue de San Juan de Dios.
Y entonces, ¿qué es lo que cubren esos 30.000 millones? Pues el agujero patrimonial de las constructoras. Este agujero lo han ido engordando durante años: Ocultaban su descapitalización (no diré desfalco) a base de inflar el valor de los activos. Y últimamente, al vencer préstamos que no podían pagar, los bancos les han aceptado en pago esos activos sobrevalorados, que son los que ahora va a comprar el estado por mucho más de lo que valen.
O sea, que la deuda que vamos a pagar entre todos es la de los empresarios del ladrillo. Pero al que no pueda pagar su hipoteca, se le embarga el piso.
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