jueves, 9 de octubre de 2008

Blogueando la tarde

La clave es la envidia. Pero por buscarle una filosófica, la estética energúmena niega el pulchrum trascendental.

El diccionario define energúmeno como "persona poseída por el demonio". (Atinadísimo). Y lo que las envidiosas y las celosas echan a las bellas es vitriolo. (Lo tradicional). Otra mención sulfúrica.

En cambio es muy paradójico que el genio popular haya llamado a esas fealdades "adefesios.



Acierta, eh, acierta.

(¿porqué me han venido a la mente ciertos familiares?)

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