lunes, 23 de septiembre de 2013

¡Ay! Molotov

Entra el otoño: superados los vigores de la canícula, se empeñan en decirnos la hora y el minuto exacto en el cual se decidió fechar: primero se supo el otoño, luego se fijó a la cultura, al cienticificarlo se dio la fechación: que no al revés. La concepción cientifista de la realidad es muy nueva, pero parece una panacea a los espíritus febles y poco formados: más vale estudiar poco para así tener certezas rotundas fundamentadas en la nada, que van a dar a la nada, y así embebiéndose en la indolencia tienes el apoyo de las multitudes: al que haya estudiado como somos más lo linchamos.
Mientras te estás desarrollando como persona, estudiando y fundamentando en el esfuerzo, te mejoras respecto a ti mismo, y sólo así puede ser que sirvas para algo: si no lo haces, te dedicas a la nada, y acabas teniendo tiempo para pregonar, malhablar y hundir al que trabaja: los haraganes han hecho su agosto en los últimos cuarenta años, fundamentándose en el cientifismo para esconderse de sí mismos y su miedo a la verdad, y hundiendo todo a su alrededor: todo mérito en esta sociedad ha consistido en la capacidad de hacer daño y salirse con la suya, y la capacidad de rodar cabezas ajenas, sobre todo y en primer lugar las brillantes: da igual que miréis la política que la universidad, y desde el enorme trabado burocrático infligido a España se ha hundido toda la iniciativa privada, que es el lugar donde se debería premiar la excelencia: cuando ha asomado la cabeza ha sido decapitada.
La ciencia sólo es un lengüaje elaborado desde la palabra para comprender mejor la realidad, no es la realidad ni mucho menos la manera de concebir la vida de las personas: todo lo que se fundamenta en eso es el error, porque se prefiguran las causas a encontrar con lo cual se deforma todo para nunca encontrar nada, pero “era con buena intención” y desde luego si son de los míos siempre habrá una excusa para defenderlo. De ese modo, para “modernizar” España se elaboró un plan en algún sitio o quizá en ninguno, mediante el cual se ha destrozado España con grandes dispendios de dinero: el dinero, como el aceite por donde pasa deja mancha, y este país ha dilapidado demasiado dinero en la nada: desde la preparación del 92 con el enorme dispendio y la creación de la complejidad burocrática; se ha destrozado la trama viaria, la renfe, la trama aereoportuaría y hasta la naval: no es casual la acumulación de accidentes, cuando lo que se ha buscado es el beneficio económico y no el primor en el ejercicio del trabajo, del primero al último: a todos los niveles España está hecha un erial, y el que venga detrás que arree.
Se jalean, como las típicas que se encuentran monas y entran a una discoteca y dan grititos con esparajismos y alharacas para llamar la atención: pueden hacer gracia con 15 años, con veinte patéticas, ahora que son abuelas dan más que pena y vergüenza ajena. Se jalean los políticos y sonríen en las fotos, con cinismos y despectividad hacia los demás, como cortesanos del Rey Sol despreciando al vulgo, como si no pasara nada y ellos tuvieran todo controlado: psoe y pp saben perfectamente que han muerto y el sistema ha muerto, e intentan controlar todo mediante la maledicencia para que la gente no les pida cuentas, uno a uno; se jalean y actúan como si todo estuviera controlado, como si tuvieran las claves de la realidad, con la soberbia como faz y el mal como arma: que no otra cosa hay, y lanzan a la gente por pendientes escabrosas, de las cuales difícilmente saldrán jamás: Cainismo.
Caín mata a Abel porque Abel no espera que su hermano haga eso, no se defiende porque lo asesina a traición, por la espalda, y no había ni siquiera la mínima hombría de ir de frente. Abel muere, Caín se pierde por la tierra ignota, Dios no lo mata: lo deja vivir, porque la conciencia actúa, siempre, y el mal se paga: en esta vida, y en la otra.
Creen que excitando los bajos instintos de la gente quedan impunes: pero ya se ve el cainismo enre ellos, ya es demasiado evidente que entre ellos se están apuñalando por todas partes: si hubieran leido sabrían que no hay honor entre ladrones, pero aplican, rigurosamente, la doctrina Molotov: "No esperábamos a que nos traicionaran, nosotros nos adelantábamos y los traicionábamos primero"
Ante las masacres de cristianos de estos días, hasta la prensa se ha hecho de lado hasta que el vigor y el impacto de los tuits de la gente les han obligado a informar; aun así lo relativizan; del hambre en España no hablan, tan sólo dan la noticia de lado, con mucho aspaviento, y enseguida la prima de riesgo, pero el hambre está ahí, y ya la vemos todos por todas partes; la prensa tradicional ha enseñado su servilismo, la gente empieza a informarse y sigue el boca a boca aunque ahora sea tuit a tuit, y sólo engañan al que quiere ser engañado.
Todo el sistema está fundamentado en arenas movedizas y ahora se hunde, sin remisión: todo será espectáculo para entretenernos mientras huyen con el botín, porque todos se consideran inmortales, y cada día que pasa la pobreza nos hunde a los demás: la reacción que ha de ser, será por personas que no con movimientos teledirigidos ni caudillos delirantes; aquí la cosa va a ir de abajo arriba, y no les va a gustar nada, de nada.
Entra el otoño: que no os venza la melancolía, y no os dejéis intimidar por la realidad, que la historia, la cultura y nuestra propia naturaleza nos apoyan: aunque quieran haceros creer que es inevitable y no hay vuelta atrás, es mentira: hay que pararse, reflexionar, y avanzar, sosegadamente y sobre todo con humildad. Entra el otoño.

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