martes, 2 de octubre de 2007

Mentira

Tan instalada está la hipocresía que la mentira campa a sus anchas. No es una mentira, o un engaño; es la mentira como forma social habitual, al punto de que los individuos lo aplican ante sí mismos: la gente se miente a si misma, y claro, asi van las cosas.

El formalismo social devenido en lo políticamente correcto ha ido por degradación de los conceptos a la mentira: la adejetivación, el "endulzar" las groserías, el no decir palabrotas, o hacer palabrotas a los conceptos; el mirar de lado, o dar por supuesto, es una grave enfermedad, muy grave.

Y ya es un estigma social: se da por supuesto que en España hay "nacionalidades históricas" pero no existe España que no es histórica, siendo lo unico histórico lo pelmas que son los amargados.

Ya tan grave es lo políticamente correcto que cualquier actitud evidente , debidamente enmascarada, es más valida socialmente que una trayectoria, que por supuesto hay que destrozar: más vale que te apechugues a lo que diga tu horóscopo de ti que a lo que tu seas, al fin y al cabo no importa lo que seas o quien seas, sino lo que parezca: la mentira que se crean de ti te la has de acabar creyendo tu; o estas muerto.

Así, nadie dirá que ha caído estrepitósamente la estupidez del calentamiento global: muy educadamente los que están en el ajo, disimulan; todos adelante con el calentamiento global, y si te cuestionas que coño hace una consejeria de calentamiento global en Valencia, date por muerto socialmente.

Claro, instalada la sociedad en la mentira, les cuesta ir cambiándola, adaptarse a la moda: aviso a tempraneros: la que viene es el oscurecimiento global.

Y si toda la hipocresía es ley social, la sociedad se convierte en hipócrita, al punto de que la gente se engaña a sí misma, como adolescentes ensayando poses frente a un espejo, y la culpa es tuya que no ves lo que quiero que veas sino lo que has visto.

Es la sociedad de la mentira, la falacia, la infamia. La confusión es la norma y esto no es camino hacia ninguna parte. La dhimmitud es destructiva, y no agradable. Eso si, a corto plazo, muchos son los que están haciendo caja.

Pero no pienses en los demas: piensa en tí y tu enorme mentira ¿a que jode enfrentarse a ello?

La confusión social, confunde a las personas en sus miras y objetivos, y todo es un disparate, tan sólo para justificar la hipocresía: si España es la consumidora  máxima de cocaina en el  mundo y si el sexo es una actitud social; es que no hay sexo ni fiesta; solo drogas: aburrimiento dictado al albur de un criterio; no se disfruta; en una sociedad tan amargada la gente estalla, poco a poco: y eso, interesa al sistema para su propia perpetuación. Es la deificación del aburrimiento.

En los parametros sociales de hoy día no hay alegría, sino obligación social; no vale el amor sino el fingimiento; no vale la persona sino la cosmética. No vale ser para otro, sino aprovechar al otro, la mantis religiosa; cada día más solteros ¿extraña?

 

Y aun se quejan.

5 comentarios:

o s a k a dijo...

qué gran post

voy a poner la lavadora, el microondas, el lavaplatos, la televisión, la minicadena y a encender todas las luces de casa a ver si se funden los plomos y reina el oscurantismo por fin. Hay que estar a la última.

saludetes,

n a c o
fashionvictim

canalsu dijo...

Una extraordinaria descripción, Ignacio.

Ignacio dijo...

Gracias

Juan dijo...

"Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria".
¿Si esto lo dijo Groucho hace sesenta años, que diría hoy?.
Tu tienes las ideas muy claras pero la gente no te deja ver como es el bosque (la masa).
Saludos paisano.

Luis Amézaga dijo...

Me enfrento a mi propio cuento y reconozco que prefiero tirar adelante con todas las taras y muñones, antes que romper y rasgar. No tengo cuerpo ya para anarquías, y eso que nada me ata a este sistema al que le he cogido cariño. Así de simple soy a veces.