Me la envaino.

Es lo que me toca. En este blog habéis leído como tenía mis más serias dudas sobre el pp en Valencia; su tibieza me ha aberrado siempre.

Parece ser que apartado algún que otro elemento (el que siendo conseller declaró que el hacía una "política de izquierdas") y a la espera de que se libre de rémoras socialdemócratas febles e inanes, Camps ayer dio una lección en las cortes autonómicas. Tan simple como hacerle ver al jefe de la oposición (encefalograma) que aunque llene ahora de adjetivos la cosa, si apoya el trasvase, apoya el trasvase: todas sus demagogias se han hundido y los han hundido. Y siguen en caída libre. Patética la intervención de la comunista: ahora que se han hundido y entre ellos van a puñaladas ("El pueblo se equivoca, nosotros no") saca toda la demagogia de "el pueblo lo que necesita…." Con mucha sencillez le explicó que el pueblo, los vecinos de su calle, han preferido votar al pp que a ella, Que lo asuma. No lo asumirá, porque la ruina de la izquierda en Valencia los han dejado en cuadro, y ahora los que se han quedado sin cargos atacan, claro; pero a esa no la sacas del cuento de siempre, mientras cobre.

Habló claro: dejó claro que no valía el volver al pasado, dejó claro que "el pueblo" los había elegido a ellos, y que debían asumirlo. Dejó claro que la garrafal carga de haber derogado el trasvase hunde al psoe, y ha hundido su esquema; dejó claro que progreces las precisas, aunque para mi gusto tenga demasiadas. (para mi gusto, pero ellos tienen el poder y han ganado)

Esperemos que esa línea de claridad exponencial y eficacia la magnifiquen, porque la derecha tiene muy buenos cuadros en Valencia, y el rancio y decimonónico concepto social progre de Valencia quede para los restos.

De momento, Camps me ha asombrado, positivamente, todo lo contrario que Rajoy.

Era de justicia decirlo, con lo verde que lo he puesto.