La trampa

Es la educación. Nunca la derecha en España ha derogado, eliminado o negado ninguna de las aberraciones hechas en el sacrosanto nombre de la progrez. De este modo la educación ha sido un continuo de bajeza y degradación, ensalzando la bajeza y la mediocridad como valores supremos y generando lo peor que podía pasar: aburrimiento.

Es por aburrimiento que los críos se ponen fritos de alcohol y drogas; es por la carencia de obligaciones: si tuvieran una educación que les exigiera, además de crecer realmente, se lo pasarían bien y se sentirían realizados y casi todos esos problemas desaparecerían.

Pero la derecha en España no ha echado atrás ninguna iniciativa de la progrez. De este modo, si ganara el pp las próximas elecciones, no cambiarían nada sustancial, sólo cosmética y seguirían consolidando los avances progres. Y cada vez más bajeza, menos virtud y más mediocridad.

Las aberraciones están a la orden del día: no sólo no se deroga la ley de exclusión por razón de sexo, sino que avanzan en ello y crean nuevas direcciones generales ad hoc (lo del observatorio de la mujer da para demasiados chistes) con la cantidad de problemas que está generando: así, se generan problemas para crear direcciones generales que observen los problemas y colocar a gente y agigantar la administración: eficacia carente, pero eso sí, mucha cosmética. La cantidad de ordenadores de la administración dedicados a crear y difundir pps es algo impresionante.

Pero no hay educación; si lo enlazamos con la soberbia propia de la ignorancia, tendremos que concluir que aun pasan pocas desgracias.

Hay detalles espeluznantes, por todas partes. Se impuso la moda de adoptar chinitos, como quien coge una hucha del domund. En los parques mor de la progrez mamás y papás adoptivos me explicaban que a los críos les ponen documentales de China, y les dicen que "ellos son de ahí". El afán de protagonismo y exotismo de "dar la nota" genera problemas en esos críos. Tenga pinta de chino o negro, si desde la infancia está en Valencia, es de Valencia, y Español. Lo demás es confundir cerebros y engendrar problemas. Y si no, al tiempo. Lamentablemente.

¿Y porque insisten en eso?

Tras ese razonamiento late la esencia del nacionalismo, de la progrez: el Stalinismo como manera de concebir a las personas, como objetos. Así, la gente pertenece a la tierra, como las naranjas, no la tierra a la gente; así, si estas en determinadas coordenadas geográficas, tu tradición cultural es "esta" y tu idioma "este" y obviando la historia, al hombre y la humanidad, se asocia la gente a la tierra como los escarabajos, ninguneando la condición humana y así justificando moralmente cualquier disparate.

La tierra pertenece a la gente; el idioma es propio de la cultura y no del lugar, y en España sólo un idioma fue erradicado, sin problema y rápidamente: el árabe, por razones obvias.

Los demás dialectos y zarandajas fueron los propios hablantes los que dejaron de hablarlo, inventarse represiones absurdas es un bajeza mental impropia de cualquier persona con un mínimo de sentido común.

Si adoptas a un niño, lo haces tuyo; sin despreciar sus orígenes, pero tan de aquí como tú será, y si negamos la naturaleza de la cultura negamos la evolución y la cultura y la civilización.

En ningún planteamiento de "culturalismo" o similar se hace últimamente ni mención a la religión, que en toda sociedad civilizada es la superestructura de organización y transmisión de las leyes profundas que animan la sociedad; hasta los marxistas lo sabían.

Ahora, se elaboran teologías míticas a medida, basadas en la ignorancia, la psicología y sustentadas en palabros cientifistas, de manera tal que según tu horóscopo y el biorritmo, tú crees mas en….. que en….. porque yo lo valgo; añádase cuatro frases de sobre de azúcar y ya tenemos a un teólogo pululando por ahí, cargado de "valores" y sabiendo tres palabras más que Dios.

A pasos agigantados, desde la llamada revolución francesa, vamos avanzando hacia el paleolítico, sin solución de continuidad.

Las ideologías hoy día se basan en el espectáculo: así, desde la película de la ballena Willy, el mundo se dedicó a salvar Ballenas; la lucha "contra" el fuego, en vez de asumir que es propio y que los incendios son aparatosos pero nada más, importantes a corta escala pero inanes en el curso de la tierra; pero claro, todos estos están aun tarados por el incendio de Bambi; cuando empezaron los cines a emitir películas de catástrofes, empezaron los cambios climáticos. Y lo del Sexto sentido y los psicólogos es para nota.

Son/somos muchos los dispuestos a "dominar el mundo" porque yo lo valgo, y realmente lo que necesitamos es empezar a salvarnos un poquito a nosotros mismos apoyándonos en nuestra estructura social y cultural tan sabia y elaborada, y dejarnos de planes fantásticos: aunque claro, si funcionara así la cosa nos perderíamos el espectáculo de los "miniyo" como Blanco: todo tiene un precio.

Mirad: una sociedad que condena a los hombres por el hecho de su condición sexual; una sociedad que premia la desviación y condena la normalidad; una sociedad que santifica las drogas y condena el esfuerzo (si, las campañas de publicidad "antidroga" solo fomentan su uso. Esto es de primero de lenguaje, vamos, de cou ¿no os habíais dado cuenta?)

Una sociedad en la cual cualquiera que empieza a ver la realidad se cree con el poder de cambiarla e imponer su razón.

Y una sociedad moralmente Flanders: como es mala la guerra, la patria, la libertad, y todo eso, los que mueren por eso son "muertitos" los han "asesinadito" y no existe la guerra, sólo la PAZ (los desfiles militares de Franco conmemoraban la paz ¿no era lo de la memoria histórica?)

La bajeza cosifica a las personas: así, en vez de ser la persona una entidad ontológicamente válida solo es un constructo químico, justificable por cientifismos, de tal manera que se concibe a las personas como piezas intercambiables, se les niega la personalidad, y claro: sexo sin amor,(pero debidamente regulado por normas sociales ridículas) bodas como contratos (y como tal son tratadas, se obvia a las personas mediante psicólogos super guais) y una ridiculez de vida social que vacía a las personas de sí mismas y hunde en el aburrimiento, en la tristeza.

A nadie se le ocurra proponer boda a una mujer, como una unidad mística; se santifica el sexo, se niega el amor; y lo demás o lo llenan de cursiladas, o no hay nada.

Pero la vida es una solidez mística; una realidad aliada con el infinito, y no una bajeza de intercambios razonables con términos económicos; el hombre si algo es es Amor, al hombre lo hace persona el amor y ese es el motor de su vida, no el sexo, y mientras se permanece en la confusión hay inmadurez: instalados en la inmadurez, avancemos a la puerilidad más absoluta.

Avancemos en la progrez, hasta que el viento de la historia nos dispare el infinito.