martes, 2 de diciembre de 2008

Y quitados los velos, nada valía la pena

Cuando debíamos estar instalados en la ilusión estalló la confusión. La aberrante degradación de la sociedad por mucho que llaman democracia no engendra más que monstruos; y no es una borrachera: no se irán con la resaca. En el momento en que la tecnología da unas posibilidades estupendas para todo lo que sea mejorar la vida del hombre, es la confusión la que domina: cuando es posible la democracia real, con votaciones de los ciudadanos por la red de los asuntos sensibles, es cuando más se disipa la democracia y más se aleja la estructura burocrática del poder de las personas. En el momento en el cual la comunicación es más fácil, barata y asumible por las personas es cuando más incomunicación hay: la soledad aumenta, por el momento de transición quizá, por la alea propia de estos tiempos de incertidumbre, seguro.

Cuando más posible es comunicarse, menos comunicación hay: este blog se lee por todas partes del mundo, lo cual me asombra; sin embargo, la realidad está instalada en la desconfianza. Las redes sociales se expanden y magnifican a una velocidad pasmosa, pero hay menos relación entre personas y el miedo se hace más que patente: tras la pantalla es un sistema que parece desgajado de la realidad, por el miedo a lo nuevo o por la asunción de una nueva forma que no acaba de coger su liturgia, su tratamiento ni su forma.

Por todas las maneras a su alcance los medios antigüos de comunicación intentan imponer su criterio: van perdiendo batallas, pero eso si, su victimismo empieza a ser de chiste; la prensa escrita debería ya dejar de publicarse: simplemente es anacrónica, y evidentemente sumisa cuando no esclava de los intereses del sistema.

Y por supuesto, los líderes de opinión, simplemente han dejado de serlo: yo, como muchos, leemos a un montón de gente y elaboramos nuestro propio criterio, y desde luego, yo no hago caso a consignas ni a sugerencias o  insinuaciones: simplemente, yo, leo: leo a los Carlistas, leo a los tradicionalistas, leo a los falangistas, leo a los que se dicen liberales, no leo a los de la prensa antigüa que quieren triunfar aquí y deben ser el referente de los que vengan de nuevos, apenas leo prensa (¿soy el único que ha notado una caída abismal en formas y calidad en Libertad digital? con las esperanzas que le puse) y desde luego, cada vez leo menos progres: son clónicos, pelmas y siempre repitiendo y abundando en lo mismo; aburren en exceso. Sin embargo, el poder leer a los “malditos” sea falange, sean tradicionalistas, sean católicos, me ha abierto mayores perspectivas y mejores  lecturas: desde luego, los pelmas lo son por algo; pero vamos, hay que librarse de ellos.

La universidad se ha cerrado en banda con orejeras de burro a la evolución, y siguen hablando de la vanguardia….del proletariado con la retórica de los años treinta del siglo pasado: en vez de funcionar mediante wikis y lecciones grabadas en red y desarrollando realmente los temas, se enrocan en una forma caduca, obsoleta  y retrógada que lo único que ha hecho es degradarla, y revelar la infamia de su carácter endogámico: que pena.

No hablemos de la burocracia: sea la clásica, sea la judicial, la que queráis: cada vez más farragosa y enrocada cuando sería mucho más fácil todo, y además se ahorraría papel (¿para eso no somos ecologísticamente correctos?) en vez de eso, se fuerza la entrada de funcionarios en todas las administraciones, creando subadministraciones y compartimentaciones absolutamente ineptas que han de justificar su existencia molestando cuando menos a la gente: ¿es difícil? cualquiera que sepa manejar un ordenador, sabe que la burocracia está ya obsoleta en su 95% y no es sino un vivero de gandules y vividores; gente inane en general.

Hablan de crisis: han generado un sistema tal que lo han reventado, como a la gallina de los huevos de oro,  y no es cuestión financiera ¿porqué no se vuelve al patrón oro?  con eso, la evolución de la cultura es como se dio, cuando se quitó ese patrón empezó el desmán, el desmadre y la barahunda: harán de todo, porque la estructura generada por la ficción es la esencia de su vida: ¿alguien se imagina a Pepiño, la Aguirre, zp, o Rajoy trabajando? ni con esfuerzos de  imaginación, vamos.

Existe la crisis, pero no es de sistema: el sistema es la crisis. Se ha forzado mediante las perversas artes de la infamia el modificar la evolución de la cultura mediante el cambio de la educación por domesticación y el resultado es la confusión: la gente anda confusa, y en momentos de zozobra económica, que son estos, se fuerza a que se instale la gente en el miedo, para evitar que pidan explicaciones: miedo a perder el puesto de trabajo, miedo al paro, miedo a gastar, miedo a…. así la gente esta sometida. Veremos por cuanto tiempo, porque un sistema como este es incapaz de generar su propia evolución ni el mecanismo para acabar con este momento tan vil, tan bajo.

La evolución de la cultura ha generado que este problema sea de personas, de nosotros: debemos acabar con la rémora de éstos últimos treinta años en los cuales se han enrocado en sistemas perversos de engaño, infamia, y falacia; y empezar a construir un mundo de personas, de seres, de familias, y menos de estructuras paranoicas basadas en un criterio cientifista totalmente ignorante de todo, pero muy cuajado de verborragia y adjetivos.

5 comentarios:

Mary White dijo...

Orejeras... ¡y orejas! de burro (lo de la universidad).
Los nuevos medios ponen en evidencia a profesionales obsoletos,inservibles, cutres (periodistas, profesores...), por eso hay que controlarlos, limitarlos,para no perder privilegios. Asqueroso, vamos...

Terzio dijo...

¿Puedo decir - aunque sea repetir - el "Dios que buen vasallo si obiesse buen señor"?

Pues con tu permiso:

¡Dios que buen vasallo si obiesse buen señor!

Ya está.

'

o s a k a dijo...

no hay duda, el artilugio se nos está desmoronando por todas partes. El problema es que las mentes están dormidas y que han aceptado durante demasiado tiempo sucedáneos y falsificaciones por originales. El problema es que la mayoría de los ciudadanos españoles no están preparados para ser tales, porque no conocen ni aceptan los deberes y derechos que su estatus comporta. De modo que esta crisis nos pilla con una masa iletrada y adocenada que dará por buenas (y aplaudirá) las falsificaciones que vengan a suplantar a las antiguas.

Y si no al tiempo.

La clave está en los individuos y en su escaso nivel educativo. De ahí se derivan los males que nos aquejan y la futura nada que nos espera.

todo sea dicho: yo no pienso ser un esclavo. Aprenderé de los mejores y enseñaré a los peores, pero no me pillarán sonriendo un plato rebosante de bazofia en el primer banco empezando por la derecha.

n a c o
decadencia

Ignacio dijo...

Gracias, Deán.

Luis Amézaga dijo...

La verdadera democracia nace en Internet, cuando los individuos sin capacidad de acceder a los círculos de poder, son capaces de expresarse, manifestarse o movilizarse desde su casa, su trabajo o desde cualquier lugar, opinando y empujando sobre asuntos que les afectan. Pero Internet se está convirtiendo -lo están convirtiendo los interesados- en redes que no van a ninguna parte donde la gente se hace la ilusión de estar acompañada en sus pequeñas miserias diarias, en entretenimiento para aburridos, cansados, o vías de escape para no salir a la calle a quemar ciudades. En Internet nos tienen recogidos y tranquilos, sin molestar: blogueando, chateando, haciendo amigos y fans. O cogemos esta herramienta y la hacemos verdaderamente revolucionaria, o acabaremos presos en una jaula de oro mientras ellos, los que siguen utilizando las vías tradicionales de poder, seguirán marcando el destino de todos nosotros y a nuestra costa.