Cuando toda la cristiandad, y absolutamente toda estaba rezando el Rosario, los españoles se estaban batiendo el cobre de firme contra el turco. Lepanto no fue en vano; aquel rosario, no fue en vano.
Se ha convocado una misa multitudinaria y seguro que será un éxito.
Pero no hay soldados batiendo a los cielos en batalla: la representación erogada de la gente que irá y rezará en esa misa no existe, simplemente. La mojigatería y pacatería de los miembros a la vista del pp (lógico que los más perspicaces se quiten de la vista) es algo ya revulsivo: no negarán esa misa; no acudirán a ella ni dejarán de acudir; será “a título personal” o algo así de manera que pueda ser utilizado electoralmente. Pero el pp no ha hecho nada de lo que movió a la gente en las más multitudinarias manifestaciones que ha habido en Europa: simplemente con silencios han dejado que la gente diera por supuesta su aquiescencia: pero a nada de los que esos reclamaban se han opuesto, lo han negado o se han enfrentado: su dhimmitud es repugnante; ellos son repugnantes, y mantener la repugnancia sería una infamia: a la vez que se va a misa, esa gente debe dejar claro, patente, evidente y alto, tronante, que si el pp no asume cuatro conductas básicas, tres principios mínimos y se compromete más allá de la palabrería vacua que nada dice, BAJO NINGUN CONCEPTO VOTARÁN AL PP en ninguna circunstancia: si llevan un pacto de satrapía y entreguismo con sus organizaciones colaterales de amamantados al presupuesto, es cosa de ellos; si hay en la iglesia quien se preste a esa farsa, es cosa de quien lo haga, pero el compromiso a adquirir en un acto publico exige una respuesta pública y contundente. Y no se dará.
Cuando luego digan de votar al pp como mal menor, nadie olvide que elegir el menor es elegir el mal, y lo que dictamina el catecismo es el bien. Cuando vuelva a perder el pp y encima haya chanzas, nadie se queje: si la derecha no tiene representación en España y la mojigatería quiere aprovechar eso, a cada cual le corresponde su decisión, en su albedrío y su libertad: ese será un buen examen de conciencia para los católicos. Si la fe es algo es íntimo. Si hay una manifestación pública y no tiene una contundente respuesta en la inmediatez política, será una burla, otra más que el pp habrá hecho a sus votantes.
En mi pueblo,dicen: “cree en Dios y no corras, que las piedras te darán en la cabeza”.
No es así como se ganó Lepanto al turco; no es así como los 300 taponaron a Jerjes; no es así como manda el canon Español; no vale disociar la persona del individuo y del votante y de la religión, eso es una mentira autopoiética, y no engendrará mas que mayor virulencia, y más vale pocos diputados con honra y decencia que unas elecciones ganadas con tibieza, mediocridad, vulgaridad, y aburrimiento, que además no las ganarán.
Ni soy del pp ni pertenezco a la iglesia: a la gente nos están engañando, colaborar es de traidores, mirar a otro lado de delatores y aprovechados, callar es políticamente correcto, hablar,suicida y temerario.
Pero cada cual vea lo que pertenece a su intimidad y lo que es algo público. Luego no vale señalar a lo que se consienta, ni esconderse: el fracaso estará asegurado.
Y no es poco lo que está en juego.
1 comentario:
Difícilmnete, Ignacio, podemos considerar una burla del PP hacia sus votantes un acto público no-convocado por el PP.
El problema de fondo, me temo, está en la propia jerarquía de la Iglesia. Son ellos quienes están consintiendo -e incluso promoviendo, por pasiva- ese "disociaciar la persona del individuo y del votante y de la religión" que comentas.
No podemos olvidarnos de que la amyoría de los Obispos actuales fueron criados, eclesiásticamente hablando, dando por incontestables las lamentables genialidades estratégicas de Juan XXIII y Pablo VI.
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