lunes, 22 de diciembre de 2008

Pilgrimacionibus

La aurora de Nueva york tiene

cuatro palmos de nieve

y un arrebol de pilinguis

con ipods de colores imposibles.

La aurora de Nueva York sale

y se ve por esos ventanales.

Queda el sonido de fondo, fuerte;

Amanece, y recuerdo a Lorca

y un San Luis –revolotean, se abocan-

las mujeres en relación perfecta:

ni las entiendo, ni me entienden

pero sintonizamos a la manera correcta.

amanece y soy de pueblo: el sol sale

Por Santiago; aquí estas: vuelve.

Embarulla la mañana la luminaria

diluyendo fluorescentes. La gente

camina como si tal cosa, aterida.

Y yo tampoco sé porqué al río

le siguen llamando Charles.

3 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Gracias por todo.

o s a k a dijo...

La aurora boreal
sobre los ciudadanos dormidos.
Un Dios ha venido
y nos pilló en calzoncillos.

c'est la vie
amigos míos

n a c o
joytotheworld

Ignacio dijo...

Esto lo haceis leyéndolo; las gracias a vosotros