lunes, 15 de diciembre de 2008

Justine, Balthazar, el Carmelo, Clea

Acierta Balthazar cuando le dice a Durrell que para amar a una ciudad basta con haber amado a uno de sus habitantes: la eterna paradoja es Justine y el lago Mareotis: La eterna paradoja es que jamás sabemos que somos Justine, Alejandría, o el lago Mareotis hasta que ha pasado el tiempo y vuelves a la ciudad donde T se vio en plenitud después de lavarse el pelo y T sólo era veinte años después de I que después fué M que vino G (L, I A, C, M,E ...) que yo no tengo la culpa que la culpa es de las piernas y de ese oro que desluce todo aquello que tanto vale en la vida y que las ciudades no son sino el recuerdo de las mujeres que en ellas han sido y te han conformado un mapa sentimental trazado en el alma como los tatuajes de los maoríes tan impresionantes en el cine, tan graciosas en las Islas Mauricio que ni sabes de que raza son por el color de piel y pasó el tiempo y pegarle fuego al paralelo no tiene el valor de hace más de veinte años ni Barcelona es la ciudad que siempre fué que la han cambiado: no se puede estar en un cabaret y que suene un teléfono móvil: eso es una ordinariez, por mucho que se consienta y justifique; además con esos tonos tan patéticos pretendiendo ser originales, horteras de traje carrefour y cuatro duros mal gastados sin clase ni categoría: hasta las pilinguis tienen su dechado de bajeza tan evidente que desganan: que lejos los tiempos de Ocaña, Makoki y gato Pérez descifrando Barcelona implacable: pero el tiempo pasa y nos hemos hecho todos viejos y asumiremos que la degradación quizá sea mía: pero yo me lo pasé muy bien y la ciudad no es la misma que no tiene más que el mismo metro que ni lo han pintado, pero por fuera ya no hay T que condicione ni paralelo que motive ni estudios imposibles ni certificaciones que la vida nos da y nos niega con una volubilidad impropia, molesta, asquerosa, como está ahora el agua del lago Mareotis que en estos tiempos la han ensuciado, que para querer a una ciudad sólo hay que haber querido a uno de sus habitantes, y a la que te giras, va y resulta que las sigues queriendo a todas.

4 comentarios:

Ignacio dijo...

(no se si poner que a ti, ya no o que ti también)

o s a k a dijo...

precioso, me ha emocionado (y eso que se me ha olvidado tomar las pastillas de la tarde)

el final es... ES LA VIDA MISMA
aunque algunos progres, chapuzas, envidiosos, zafios se empeñen en mal-versarla, mal-verbalizarla y mal-interpretarla

n a c o
sólotengoloquehedado

Anónimo dijo...

Ay.Esta noche me has hecho soñar !

Anónimo dijo...

lista de iniciales...¿esa es la cuestión?