lunes, 8 de diciembre de 2008

Y tropezó en el cielo como quien oye música

 

Con azúcar sin afecto;

un afeitado perfecto

en una casa extraña.

¿que pasó?

Con pensamientos de gala

con una pena calada

por la ofensa más sagrada:

¿para que recordar?

negado en el cotidiano,

y embrutecido por salarios

que nada van a enmendar

¿que mas da?

un bar en una esquina

(la fuiste a conmemorar)

y después rememorada,

en aquel piso y de pasada

pudiste recordar. Ya lo sé.

el asfalto allá a lo lejos

destrozado el corazón:

aliviaste

pensando sus brazos

el asfalto a dos pasos

y ahí ya me estampé.

2 comentarios:

Reboot, El Diablillo Cojuelo dijo...

Me encantan esos ramalazos poéticos que te dan.

o s a k a dijo...

la vida se ocupa
de dejar claro
cristalino
en technicolor
que no siempre se gana
y por más que lo rieguen
frío y duro es el suelo

eh, a mí me lo han contado
de todAS me he librado

n a c o
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