domingo, 7 de diciembre de 2008

Ab ubre incognita

La gran batalla tendida en el tablero es la persona. La consideración del individuo en sí, por sí mismo, y en su propia vida y el respeto y consideración debida son los elementos puestos en cuestión; y dado ese magma tan delicado y personal se extendió como la lava por todo: es necesario el respeto a cada una y todas las personas, de los padres a los hijos: darles educación pero no domesticarlos, ser respetuoso hasta con los propios hijos, y ser respetuoso con uno mismo es  la tarea que conforma padres; rompiendo la unidad sagrada se desorienta a los niños y se despersonaliza a la sociedad: esa razón es la que fundamenta el exceso de sueldos que se dan a psicólogos: son los encargados de someter a la gente a la voluntad de la repugnancia, por eso, sin esfuerzo, examen, oposición, ni nada parecido; con unos estudios en los cuales predomina la parapsicología, el tarot y el vudú, y que consideran a la persona según el criterio de una echadora de cartas y su ascendente: eso no se ve; se hace un manual para uniformizar los comportamientos y se encarga a los psicólogos ser la policía moral del régimen sátrapa: todos los que carecen dan lecciones.

Es la persona, el individuo el ser y la concepción del hombre per se y no como pieza de una engrasada maquinaria perfecta de cientifismo evolutivo en la cual sólo valen las cosas si son justificables cientifísticamente desde el hecho sexual y la reproducción hasta la muerte, todo ha de ser basado en un argumentario que cumpla el dogma de la corrección política: aberrantemente, la gente busca la fundamentación para justificar sus actos, y no asumen que llegado un punto se actúa como persona y no en base a determinado dogma, creencia, sincretismo, consigna o tortura: nuestra educación nos constituye y eso es rigor de la familia: cuando la familia es mala, abandona y pervierte todo: los principales perjudicados son ellos; la cobardía nunca paga réditos: sólo el vivir en la infamia les justifica, entre infames establecen un código que entre ellos ni respetan,y en ese vomitorio viven; y caen siempre y nunca vencen pero en el camino han destrozado todo lo hecho: y eso es cada día en cada sitio, no ha quedado como excepción sino como norma: la intromisión, la condescendencia, el ninguneo, el desprecio, la burla, la negación y el aislamiento social: quien eso hace, es en si instrumento del mal.

Llegado un punto se actúa como persona, simplemente, por que si y sólo a veces hay que reflexionar, cuando algo te alerta. No es cuestión de seguir la pauta de lo progrecesísticamente correcto o del catecismo: los que siempre van con ello de referencia no saben pensar por sí mismos y son presas del miedo: han perdido su propia identidad si alguna vez la  habían tenido y son argumentos de manual los que buscan para motivar sus vidas, y en esos manuales las argumentan, y si algo no está en el manual empiezan a caminar en círculos sin saber a donde ir. El ejemplo de coherencia y honestidad, cultura y tradición, limpieza y honradez sigue siendo Leónidas: contra el poder religioso, contra el poder civil, contra el poder del dinero, sabía que era lo que tenía que hacer a pesar de que no le dejaran, y lo hizo: asumir nuestros propios actos tiene un precio: la vida. Y no la vida de otros, tal cual dictaminan los progres, sino la propia vida: lo cual da el goce y el placer, la grandeza y la miseria, el reconocimiento y la virtud, el ser por uno mismo o un traje mal puesto para un puesto predeterminado del cual no te has de salir: encorsetados en la realidad acaba creándose el encorsetamiento ceremonial que quieren sustituya a la liturgia y por ello son tan vehementes en sus declaraciones y vestimentas; trajes de carrefour, pensamientos profundos de sobrecillo de azúcar, corbatas de todo a cien, teología de la vegetación y pensamiento endeble, comportamiento falible y vacuidad banal: pero eso es lo que la sociedad quiere y eso los condiciona: pero quieren ser únicas: pero para ser la princesa del último vagabundo tu misma has de saber que eres tu por ti misma; si no nunca eres princesa, por mucho que el vagabundo te adore. Y el mundo necesita princesas únicas dispuestas a ser rescatadas por el cowboy cuyo caballo relincha en inglés: la tarea del héroe es serlo.

La gran batalla es la persona. Frente a un repugnante estado totalitario, socialdemócrata, cursi, banal, represivo, policial, inquisidor, entrometido y controlador es el individuo quien ha de dar la batalla para salvar al individuo: el sistema sátrapa establecido necesita despersonalizar al individuo y mecanizarlo, objetualizarlo y ningunearlo para poder tener esclavos encantados de serlo y que además defiendan al sistema: harán como que se oponen pero por lo bajito y sin salirse del carril: poco a poco, el rebaño se estabula sólo, como demuestra la deriva del pp en los últimos años y la sumisión de los movimientos que pululan a su alrededor: tras destrozar los movimientos ciudadanos que se manifestaron contra las aberraciones del gobierno, con una maniobra que beneficia al enemigo, previenen la creación de cualquier cosa que pueda ser la que les diga que la verdad es que no son sino un ala moderada del psoe y que en nada han cumplido las expectativas de sus votantes: eso se ningunea y condiciona, desprecia, relativiza y se deja a un lado como si la realidad fuera lo que queremos que sea, y al final, se salen con la suya: o eso creen: cuanta infamia, cuanta maldad.

No es el problema la eutanasia ni nada de eso: el problema es si se concibe al individuo como persona: digno, respetable y pilar fundamental de la estructura nacional, y el individuo existe en la medida que existe familia. Todo lo que sea alentar la despersonalización del individuo y el ser es bienvenido por esa perversa y repugnante socialdemocracia; todo lo que sea personalizar, asumir los propios actos, hasta el final y sin caer en las trampas de los grupos y la amenaza del aislamiento es denostado sistemáticamente: algunos quieren llamarse liberales, otros tradicionalistas, los hay de Falange y los hay hasta de izquierdas: son personas, con nombre, identidad y reconocimiento privado (yo estoy aqui ¿donde estas tu?) y necesitan saber que no están solos porque el aislamiento social es malísimo; y empiezan a volver a las catacumbas, aunque ahora lo llamen grupos de facebook.Los pocos que hablamos con nuestra cara, nos llevamos las leches a capazos; y eso no gusta: pues cada vez somos más, a pesar de tanta presión, y ellos cada vez más desorientados, esperando la consigna y la orden mientras los que  somos en nosotros mismos ni aguantamos plazos, ni dicterios ni consignas. El estado es una organización perversa que solo busca su propia perpetuación: el individuo ha de serlo y el estado servir al individuo y no mantener una estructura burocrática para servirse del individuo: esa es la diferencia.

5 comentarios:

o s a k a dijo...

Si me haces hueco, pongo mi firma junto a la tuya:

La gran batalla es la persona: en su corazón se libra la guerra que justifica la actitud de los héroes y las vilezas de los malvados. En él se enfrentan con cotidiana periodicidad el bien y el mal, y los tibios están sentenciados, pues no tienen cabida.

Y el que no lo vea está en peligro.

n a c o
sumaysigue

pcbcarp dijo...

El Estado es la correa de transmisión de órdenes del poder financiero. No debería serlo y podría no serlo, pero... Ya sabes que mi idea es que fijarse demasiado en el Estado es mirar el dedo que señala la luna.

La función de todos los Kapos (sean medios de comunicación, el poder psicopedagógico, el ministerio de igualdad, ERC o la Conferencia episcopal, por poner ejemplos) es la de distraer nuestra atención de lo esencial: que somos ganado y somos tratados como tal, y que no pensemos en reaccionar (o accionar). Esa es mi lectura de vbgr. el matrimonio homosexual o la memoria histórica.

Ignacio dijo...

No sé que significa vbgr

pcbcarp dijo...

verbi gratia uséase: por ejemplo. Lo siento: a veces soy un poco pedante. Deformación profesional, ya sabes...

Ignacio dijo...

Nunca había visto esa abreviatura, curiosidad pedante, ya sabes....