miércoles, 18 de marzo de 2009

En la barra

Ya no se ven enamoramientos” decía “ya las cosas se ven sucias, con engaños, sin limpieza, ya no hay enamorados” decía Tania en la barra.

Es una chica joven y guapa y tiene –obvio- su enamorado; pero lo decía con pena: le apenaba.

Y entre ella y el embajador con sus lloronas, dan al traste de un post muy científico sobre el rigor del tiempo demostrando con ecuaciones diferenciales y álgebra, que la realidad es anterior a la ciencia y que al fin y al cabo, buscamos misterios por no esforzarnos en desentrañar los que nos acechan que de tan evidentes se hacen invidentes y aunque el amor es ciego el problema es que Tania que trabaja en un bar no ve enamoramientos y eso le da pena, porque eso sí es la gran crisis: si no hay enamoramientos, ni enamorados la civilización se fue a la mierda.

8 comentarios:

Embajador dijo...

Gracias por entenderme. Lo de mis lloronas efectivamente tiene mucha enjundia. No es ninguna tontería.

Ignacio dijo...

Nunca lo he tomado como tal.

Aunque siempre haga bromas.

o s a k a dijo...

es una crisis, y Tania está en el epicentro

desde aquí las cosas se ven igual, las personas nos hemos vuelto -por este orden- demasiado egoístas, demasiado orgullosas, poco ambiciosas y en consecuencia: esclavas de una brisa y la contraria

n a c o
tobeornotobe

Anónimo dijo...

interesante,mal q te pese la respuesta esta en coelho en el alquimista.q cuando habla de amor dice q sin el no existirian los sueños de la humanidad.
por cierto N aco no sabia q eras tan profundo
BARBARA

Ignacio dijo...

Literalmente lo que scribe Coelho en ese libro es de San Pablo a los Corintios; es un jeta.
Lo unico que hizo bien coelho es la letra de una canción de Buarque, en 1971

Anónimo dijo...

yo naci en el 76 con lo cual me quedo un pelin corta para eso

Ignacio dijo...

.....entonces de la Inquisición ni hablo

Embajador dijo...

Constato que Coello me cae muy mal. Como bien dice Ignacio es un San Pablo descristianizado, una especie de New Age light, y creo que estas dos cosas son suficientes para vomitar con soltura.