viernes, 20 de marzo de 2009

Benbow inn

Ser marino no lo era cualquiera: la navegación, a vela exigía rigor, entereza y templanza; no todos valían ni todos llegaban: cuando a un capitán le daban el mando de un barco saber, sabía. Para cuando cruzaban el estrecho de Magallanes –a vela- con lo que eso conlleva, llevaba mucho navegado: por eso eran legendarios; llegaban a Chile, y de ahí a las indias; la siguiente parada era en Japón, donde en vez de comprarse gafas de sol que aún no se habían inventado, el navegante que había cruzado el Cabo de Hornos, del refulgir del mar prácticamente estaba ciego: en la oreja el punto de acupuntura para la vista coincide exactamente con el que llevo yo la cicatriz de llevar el pendiente; así aliviaban la visión y podían continuar su vida laboral, siempre tan breve.

Por eso los piratas llevaban aro en la oreja: para que la vista no desfalleciera después de tanto navegado; por eso llevaban la camiseta de rayas:por los textiles de las indias; por eso llevé pendiente; porque los Iberos también lo llevaban,y aquí a cada uno le toca su Isla del Tesoro y su Defoe, que en la formación nos ha ido la vida y por eso le dedico esta explicación a Dhavar, que a lo mejor esto no lo sabía.

7 comentarios:

Terzio dijo...

Estoy en estado de quasi perplejidad traumática: Primero lo de fallera quiero ser, y ahora lo del pendiente.

¿Eres tú, tú mismo ipse et idem?

¿O estás en extraño proceso de tú sabrás qué?

Ogh!

'

Ignacio dijo...

A ver Deán, que por menos de esto tu me montas un auto de fe.

La ofrenda de flores a la Virgen es privilegio de las falleras; los falleros sólo las acompañan: privilegio de falleras, con traje y peineta.

Y entender que todos queremos ser la fallera mayor viene a ser como entender el ser de Triana y no de Sevilla, algo que es inmanente a la gente pero sutil y difícil de explicar.
Si llevé pendiente, aun tengo la marca, y el pendiente; me lo quité un dia de casualidad y no me lo volvío a poner pero no le di mayor importancia: si quieres me lo vuelvo a poner me cuesta un momento. No depende mi virilidad de ornatos ni mi fe de alardes ni mi hombría de apariencias, ni mi inteligencia de adulaciones.
Son cosas que se hacen a veces: en el 81 no eramos muchos, y yo como muchos otros para estar libre de algunos pecados primero los he profesado.

o s a k a dijo...

¡ni lo sabía ni me lo esperaba!

tu explicación está a la altura de la del transbordador espacial! gracias

sólo queda desear buena fortuna y un pendiente en la oreja al Ignacio que este día decidión hornear el cabo

n a c o
machadiano

Mary White dijo...

yo llevo ocho, tres en la oreja derecha y cinco en la izquierda, y sigo ciega para muchas cosas... ni acupuntura ni guantazos... ya no sé que hacer...

Ignacio dijo...

Para eso tengo un remedio que el Dean no creo que apruebe pero que solo ejecuto con solteras.

ZP Nunca Mais dijo...

La cuestión no es si pendiente o no pendiente. La cuestión es el contenido del "soporte" que hace posible que Ignacio pueda llevarlo, y ese contenido de ese soporte es lo que hace de Ignacio un tío genial. Todo lo demás carece de interés.

Ignacio dijo...

Gracias por el apoyo