sábado, 28 de marzo de 2009

Pues si (II)

Ya pasó la generación espectantemente anonadada que en su triunfal complacencia no supo ni inventariar ni por supuesto emplear el abultadísimo arsenal que tenía a su disposición. Los de ahora hemos recibido las bofetadas desde antes de tener uso de razón, y lo que somos lo somos por firme convicción.

3 comentarios:

Terzio dijo...

Te he calificado in situ ille.

(debe ser lo del cambio de hora, que me pone familiar de la Inquisición agudo-incontinente)

O algo así.

'

Nicholas Van Orton dijo...

Creo que el truco reside en que las bofetadas las encajan en ambos carrillos, pero alternativamente, y eso diluye el dolor. Saludos.

Embajador dijo...

Ignacio- Gracias por el link.

D. Terzio- Yo siempre dispuesto a rendir el juicio ante lo que mande nuestra Santa Madre la Iglesia por su justo brazo inquisidor, ya sabe.

Van Orton- Sospecho que muchos han recibido ya tantas tortas que la insensibilidad al dolor es el método de defensa orgánico.