Kampusch no me es ajena

Esta mujer ha sufrido la ignominia: el secuestro, el abuso, el tiempo, el perder su vida, y cuando creía que había sido liberada, el psiquiatra intentó relanzar su negocio con la paciente. Para matarlo: espero no sólo que se le hunda el negocio, sino que sienta la presión de la gente.

Esta pobre mujer ha sobrevivido.

Como otras.

En España esto está a la orden del día: la legislación actual hace que los divorciados tengan que sufrir que además de quedarse en la calle y sin recursos económicos, sufran la infamia y la ignominia de las leyes discriminatorias hacia los hombres, algo increíble en un país que se dice moderno.

Las ex, todas actuando con un guión muy viejo: es antiguo el papel de la mujer repudiada, se dedican a intentar matar al ex, no metafóricamente, o no solo metafóricamente, sino de todas las variadas formas que la ley les ampara: así vemos que las que maltratan acusan de malos tratos a gentes de bien.

No se acomodan nunca a su realidad de repudiadas, y cuando se ven maniatadas revientan. Los hijos por mor de la asquerosa socialdemocracia van siempre con ellas. Y se convierten en un instrumento de extorsión al marido. Y SÓLO EN ESO. No existe los amores de madre, ni leyendas ni tópicos: utilizan a los hijos como armas arrojadizas, destrozándolos y negándoles su propia vida.

Crecen, y contra todo criterio elaboran una relación correcta con el padre y pasan de la madre; está sucediendo a alto nivel , y en un país donde se toman la gente en serio, USA, ya hay estudios sobre el tema.

Mientras aquí, que parece que los jueces son elegidos para un concurso de operación triunfo políticamente correcto, y sin ningún criterio, y se escudan en la esoteria y la paraciencia, que ahora la llaman psicología, para justificar así sus decisiones (y ni siquiera te echan las cartas, sería divertido y clarificador) aquí, se sigue actuando con un amago legislativo muy propio de la alianza de civilizaciones: estoy seguro que el mismo aparataje intelectual utilizan para las lapidaciones musulmanas.

Si, tenemos una generación de gente que ahora ronda los diez años que en menos de ocho son Natacha Kampusch. Y los excelsos burócratas del sistema judicial Español cobran demasiado a menudo y demasiado dinero para sostener ésta infamia. Esta sociedad pagará caro sus excesos. El tiempo y el hombre no perdonarán.

Y en el medio, como buenos socialdemócratas, como lo eran Hitler Lenin y Stalin, actúan todas las voces con los tópicos tristes, y se quedan tan orondos.