Valencia

La progrez es acomodaticia: como no exige esfuerzo, sino asunción, es muy vírica y se expande, arraigándose como el aceite.

En los años desde que murió Franco, más que la elaboración de un sistema definido, la brisa dominante ha sido el confortar a todos bajo el paraguas de la palabra democracia y sacralizando la constitución. De destrozar eso, ya se ha encargado el régimen actual.

El ningunear, la displicencia primero, la condescendencia después y la negación vehemente como sinequanon han conseguido que sean asumidos estigmas progres como dogmas de fe social.

De modo tal en Valencia se han despreciado las raíces propias enmascarándolas bajo lugares comunes más o menos afortunados, despreciando la herencia recibida en beneficio de cuatro voceros sin nada detrás que sea interesante.

De este modo, el enorme legado cultural ha sido despreciado:

-la música.

-la fe.

-La alegría.

La música en Valencia es un desarrollo del pueblo por y para la gente de una dimensión extraordinaria; nada se ha hecho: apenas cuatro gestos de cara a la galería y nada más.

No hay una red seria de conservatorio ni una estructura de ningún tipo de apoyo; y no tanto es apoyar algo moribundo como de apoyarse en algo que puede enriquecernos, que no es lo mismo.

Se ha ninguneado a la música y las bandas; se ha magnificado socialmente a los pinchadiscos, y así van las cosas; eso es manifiestamente mejorable.

La fe en Valencia no es ostentórea, pero es: desde las fallas a las manifestaciones de moros y cristianos, son un esquema de estructura social ordenando las claves sociales y estableciendo épocas y catarsis; mor del paganismo (que no ateísmo) se ha despreciado a cambio de nada.

Las fallas deberían haber generado una estructura universitaria de primer orden: desde la elaboración de textos y tramas narrativas consecuentes, fomentando la creatividad, al desarrollo puramente estético y visual de la figuras; de tener en la calle la creatividad, tanto la hemos despreciado que hemos hecho una ciudad del cine (artes audiovisuales: nombre más pomposo) y un canal de tv que en vez de desarrollar en moderno y elaborado partiendo de la herencia vivida, se copia los modelos americanos, como si nuestra historia tuviera cien años, o menos.

Se da historia del cine en la universidad; ninguna estudia mínimamente el tema fallero.

La alegría siempre ha sido la clave hasta en los momentos más lúgubres; gracias a los desarrollos de negación de la propia cultura, ahora tenemos botellones y drogadicciones mal llevadas: en vez de tener la propia mierda (que es la que sabemos limpiar) tenemos la misma mierda que el resto del mundo ¡viva la homogeneidad!

Ahora, cualquier mema ensoberbecída de sí misma da lecciones sobre medio ambiente y agua. Cuando aquí hemos gestionado el territorio de manera magistral como herencia romana, y se acoge la administración a las modas benefactoras a ciertos intereses, ¿Cuántos con el tema del agua han apelado a la existencia del tribunal de las aguas, por ejemplo? Cualquier piernas con un curriculum de politicastro pontifica sobre lo que no sabe.

Agua, se perderá el gran sistema de gestión del territorio elaborado y mantenido; Aire: se desprecia el dominio del aire, y no hablo de Copa América sino de los instrumentos de viento, de nuestras bandas; imagen y diseño: se adorará como pueblerinos a cualquier piernas de cualquier parte, se despreciará la creatividad fallera; tierra: se adaptará cualquier sistema correctamente elaborado científicamente analizado en cualquier laboratorio aséptico menos ver que el tiempo y el hombre hicieron un buen esquema.

Rendiremos la sabiduría acumulada a cualquier moda; rendiremos nuestra cultura a religiones extranjeras de infalibilidad probada y horóscopo certero.

Y el sistema en si mismo no reacciona ni responde a las expectativas de la gente.

El pp es buen gestor, pero gestiona lo ya elaborado; no hacen desarrollos propios no confrontan las modas imperantes, tan sólo hacen mejor lo que hay que hacer, son conservadores, nada aportan nuevo, nada cambian; consolidan lo hecho por los otros, mas bien. En Valencia tienen la gran fortuna de Larri (la Rita Barberá) cuyo enorme éxito es fácilmente evidenciable: es muy odiado y denostado por la progrez, pero la ciudad da gusto verla. A rasgos de región no hay evidencias palpables de diferencia entre partidos; eso, es letal para las personas: se pierde la diferencia, se uniformiza en progre, se pierde todo.

Parece que el pp está más dominado por el miedo que por su deseo de desarrollar un proyecto de espacio y personas.