En un debate en una tv que no vi ni me interesa ninguno de los dos personajes, el tal Sebastián, del psoe le insinuó a Gallardón que había favorecido a una mujer porque tenía algún tipo de relación con ella.
Sebastián sabía perfectamente que no iba a ganar esa contienda.
Sebastián sabía perfectamente que dialécticamente le iba a zumbar, el otro es un profesional de ello.
Sebastián demostró lo que es.
El insinuar, o decir, que el otro tiene una amante es simplemente una maldad esencial: no voy a ganar, no voy a poder hacer nada, pero a ti te haré todo el daño posible: porque sí, sólo por hacer daño.
Y si tu mujer no lo sabía, ahora lo digo por tv y te creo un problema; sea cierto o no, te meto el problema en tu vida.
No valgo para hacer nada, pero lo sé romper, se hacer daño, estoy vivo.
Esa es la esencia del mal.
2 comentarios:
Esencia progre.
Hombre, no es un malvado químicamente puro.En las escala del mal está más bien en capullo circunstancial.
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