viernes, 4 de mayo de 2007

Curioso

la gente acusa a la Iglesia católica de discriminar a los homosexuales, pero se pregunta: ¿por qué no se ha propuesto que puedan casarse en una mezquita o en una sinagoga? ¿O por qué no se subraya que la actitud del islam hacia el aborto es tan “retrógrada” como la cristiana? ¿Tal vez por miedo a que pongan una bomba en el metro de Estocolmo?

5 comentarios:

Rictus Morte dijo...

Porque realmente la gente lo que quiere es atacar a la Iglesia Católica más que nada. Lo de los homosexuales es una moda, ya vendrán otras con las que puedan darle por saco. Además, es curioso que en los años 70 eran las filas de la izquierda donde eran totalmente "homófobos" -palabra que no significa lo que comúnmente se da a entender, pero bueno-.

Anónimo dijo...

La Iglesia es un gran enemigo, probablemente el número uno. No, no la religión, pues al fin y al cabo el odio a la Iglesia proviene de lo que no es más que otra religión opuesta. Opuesta, pero que ha copiado todo: el pecado original, la redención, el sacerdocio... Espurio, pero copiado. La Iglesia es culpable de de haber creado Occidente con una historia real que no es la que gusta a la anti-Iglesia. Por eso el judaísmo tampoco es bien visto, aunque nos toca menos. Por el contrario, cabe preguntarse como la secta islámica es tan bien acogida. Quizá porque promete una realidad monolítica y plomiza, como el izquierdismo.

Ignacio dijo...

una realidad monolítica y plomiza, como el izquierdismo.


Esa es muy buena

Juan dijo...

Atacar a la Iglesia Cátolica ha sido siempre el ejercicio preferido de los giliprogres; es barato y cunde mucho; no son necesarios sesudos argumentos ni grandes conocimientos teológicos, sólo hace falta disponer de un púlpito político (leasé prensa, radio, TV) y una parroquia embobada dispuesta a tragar lo que le echen.

¿Los homosexuales? Votos electorales.

¿El islam? Odio a los judíos.

o s a k a dijo...

están tan cagadiros de miedo que necesitan pisotear todo aquello en lo que creemos

la cosa está clara


n a c o