sábado, 18 de abril de 2009

El sopor de la siesta estival

7 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Pobrecillo, con los petardos amarrados a su pie, es difícil que pueda huir del ruido, es molestísimo.

Muy bueno.

Mi hijo Jaime me lo hacía en los cigarros, sin que me diera cuenta, hasta que boom... y me quedaba con una cara que no veas.

Un abrazo.

Peggy dijo...

Mala leche en estado puro.....

Anónimo dijo...

Hay veces que en fallas la cogorza es tan grande que quien sufre la broma es quien pretende molestar, tras observar que el supuesto bromeado, ni con masclets lo despiertas.

Bonita parábola del poblucho español. La falla está a punto de arder, hay alguien que pretende joder, y el interesado lleva tal tajada que ni con esas "bromas" lo levantas.

Ascopaís.

Meciendocunas.

Anónimo dijo...

Hay que ser capullo :-)

o s a k a dijo...

quién quiere amigos (y enemigos) teniendo PETARDOS tan cerca

n a c o
hedichountaco

Ignacio dijo...

N A C O

"el niño que dijo jolines"

o s a k a dijo...

juas juas juas