martes, 9 de enero de 2007

Una sensación degradante

La vileza se instaló por todas partes engarzándose en la realidad con una precisión admirable; agotada la capacidad de asombro, sigo viendo como se muestra impávida con extrema crueldad, despreciando todo, a todos, por todo. Y no es mi vida, y no es solo mi vida, es que por todas partes todo hizo aguas y se muestra apabullante, denigrante, zafio e inmoral; arrastrando todo a un sumidero de la historia de donde debimos habernos alejado y que ahora parece que nos subsume de tal manera que será imposible salir.

Como un niño sufriendo un castigo injusto; como un enamorado rechazado, como se escapa la arena atrapada entre las manos.

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