En la fiebre del heno lo recuerdo, pero era un clamor en las novelas futuristas de los setenta: el terrorismo era un problema mundial, el problema, tan sólo la excusa del mal. Ahora parece que explota en la misma medida del mismo modo y con el mismo material Barajas que Chechenia, las torres gemelas que Atocha.
Lo demás, la infamia de ver que se manipulan los bajos instintos de los que se niegan a ver la verdad y prefieren enfrentarse a los demás antes que enfrentarse a sí mismos.
Y ante tal cobardia personal, la respuesta social es la dhimmitud, la sumisión ante los violentos y prepotentes, el asumir los presupuestos degradantes de otros para evitar el enfrentamiento,el no ver mas que lo que quieres ver como lo quieres ver, y eso si, con grandes alharacas y ceremonias de autoadoración.
La cosa no da para mucho.
1 comentario:
Muchas gracias.
Habría puesto algo en vuestro blog, pero no se si me lanzaré; está en Danes, y no lo acabo de dominar.
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