Fin de semana a este lado de la galaxia

Como muestra entre muchos un amigo me escribe perturbado porque no le gusta nada la situación actual.
Y como casi todos, piensa en el 36.

Eso, es un grave error. No estamos en el 36. no es tan sencillo.

No es un problema de España, es un problema de la civilización occidental, que se va entregando a los barbaros como una idiota.
No es el 36. Es el occidente: del Titanic, del Gran Gatsbi, de las fiestas, alcohol y cocaína; de los vestidos (falta el Jazz) y la pompa; de la apariencia y la bajeza disfrazada de frivolidad, del pelotazo inexplicable y el robo organizado.
Es la absurda socialdemocracia, como una paleta maleducada intentando brillar en sociedad con dinero y aparentando unas formas que no sabe y una dicción forzada; kilos de maquillaje y nada más que apariencia.
La dhimmitud.
Al sabio se le desprecia, por envidia: en la mediocridad la excelencia no es mas que un engorro; y se le difama; y se renombran las cosas: lo que es la cultura pasa a no serlo y "la cultura" ahora son cuatro gandules ineptos y ágrafos , vividores de tres al cuarto al cuento de la subvencion del ministro de rigor.
La sociedad se entrega en brazos de una maquinización del hombre: fundamentando en una presunta explotación del hombre, se le mecaniza en base a tres turnos de ocho horas: trabajo, descanso, educacion (en muchos casos hay que advertirles de que las ocho de trabajo y de descanso no son coincidentes) y se le niega la persona: los mismos que juegan a ser médicos para salvar a un suicida, son los que argumentan el derecho a decidir la propia vida invocando la eutanasia nazi ¿y el suicida, le has negado ese derecho?
Pero el relativismo, la mediocridad y la bajeza cultural hace que eso sea brillante y nosotros tengamos que oscurecernos a riesgo de llevarnos mas palos. Es la incoherencia y la cursilería disfrazada de corrección política.
El mundo occidental se entrega a la dhimmitud con un fervor inusitado: aunque seamos de origen católico, en vez de ver lo positivo de nuestra fe y reconocernos que no somos ni buenos creyentes ni siquiera practicantes, pero es la nuestra, y dado que nos consideramos de tan alto nivel (aqui todos son grandes intelectuales) no intentaré hacer un esfuerzo y ponerme al nivel de poder entender las encíclicas del Papa; se ningunea, se intenta despreciar con chistes malos y bajezas y ya está: no se reconoce que hay algo respetable al menos, y en este momento la única institución que funciona intelectualmente en occidente; al Papa se le niega hasta el conocimiento, y es uno de los mejores intelectuales del siglo XX, y además con diferencia sore los demas, pero claro: no voy a otorgarle a la religión rango de nada, porque lo que les mueve no es el respeto, la consideración o cosas asi (de esas que tanto invocan) sino el odio y la envidia.
Y así se arrojan poseídos sobre religiones extranjeras de alta infalibilidad.
Y así va todo. Como niños de mamá miamdos que dilapidan todo creyendo que papá siempre estará y siempre pagará, asi actua occidente. Y no hay mas que muy pocos conscientes de que esto es el siglo IX y la caida de occidente, de que deberán sacar de aquí a la morería a riesgo de su vida, de que en este juego político es donde se cultivaron Lenin, Stalin y Hitler, y no por casualidad, de que se está yendo a la nada, pero no se avanza , ni se reconoce el merito pasado y el avance.
No vale profundizar ni vale la sabiduria, solo la apariencia.
Y la igualdad.
"Todos somos iguales" y si no eres un fascista. De nada nos vale haber hecho carreras, haber estudiado, haber profundizado para ser cada dia mejores; cualquiera te trata de tu, o con desprecio; porque la igualdad es lo que vale. Si no has dilapidado tu vida como un miserable, y has intentado ser correcto y de provecho es problema tuyo, pero no eres mas que un igual que los demas, "compañero"
O sea y que lo entiendas: tu y tu carrera valeis lo mismo que cualquier indocumentado. Y no hablo de los votos; sino de la noción social. Y si no es así eres un facha

De hecho, cuanto más apariencia menos conocimiento y mas alto grado de mediocridad, mas triunfaras en sociedad (vease la presidencia del gobierno, vease los altos cargos del pp)

Occidente se comporta como una frívola matrona; vive de las glorias pasadas y no asume su belleza actual. Y así, no vamos más que a la mierda.