Ya me parece desconsiderado hacia mí mismo la situación como se viene planteando. Que la demagogia progre haría de trolls era de esperar, que me rebajara a hablar como ellos no; y no lo haré.
Toda la blogosfera está sucumbiendo a la provocación: cuando ya se habían quedado sin que les hiciera caso nadie con el cuento de la guerra de Iraq; y además pasó lo que pasó, se olvidaron de que han aparecido las armas de destrucción masiva; con el prestige se les acabó pronto: el incendio de Guadalajara los desarmó para los restos; lo del yak 42 la realidad puso al imbécil de Bono y a todos los voceros frente a la realidad, que no acaban de asumir.
Pero siguen, no buscando un sistema teleológico propio, sino las maneras de desmontar los que funcionan; es el odio en estado puro.
Claro, la iglesia y los católicos llevan siglos aguantando, que sigan haciéndolo: como lo de la inquisición no saben ni de que va, ahora intentan difamar al Papa, a todos los católicos, con los argumentos más ridículos: sean económicos, sean los que sean. No soportan que esa gente sean católicos, sean felices, quieran a sus mujeres y a sus hijos, vivan bien, y cuando quieran, quieran de verdad.
Y además, lo he visto yo, las mujeres más guapas y las tías más buenas estaban esta mañana en la misa.
Eso si, buscarán todas las maneras de intentar desprestigiar e irritar a los católicos, despreciar o hundirlo, pero no pueden, ni podrán jamás. Sólo son gente digna de pena y conmiseración por su miserable vida, guiada exclusivamente por la amargura, y el dolor.
Pero han, hemos picado en esa trampa algunos en la blogosfera. Yo personalmente me niego a entrar a discutir esas bajezas y a hablar con gente tan baja; ni siquiera a volver a argumentar nada con ellos.
Si baja el nivel en la blogosfera, no seré yo el que lo baje; si ellos quieren entrar a hablar , que suban su nivel. Pero van consiguiendo que muchos se bajen de nivel para poder hablar con ellos: y ése es su triunfo. Yo a la mía , nosotros a la nuestra; el que venga de buena voluntad bienvenido sea, y a los demás, bastante desgracia tienen con adorar a humanoides despreciables y seguir consignas vacuas de memeces variables dictadas por incompetentes.
Que se apañen, tenemos la obligación de elevar nuestra cultura, no de rebajarla.
Así que todos a trabajar, a ser mejores, a pagar las deudas y a vivir bien; para la amargura ya están ellos.
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