jueves, 13 de julio de 2006

Realidad transmutada

El mundo está al borde de otra guerra mundial, y aquí hay quien habla/hablamos del sexo de los ángeles. Hay que abandonar quizá la pedagogía que sólo sirve para el que quiere aprender o molestar y ya empezar a hacer cosas.

Vivimos en un país maravilloso con un estado de mierda.

Las personas están sujetas a un constate mareo por todas partes para evitar ver el desastre que nos tienen encastrado, embebido en la realidad.

Y la “política nacional” como tantas otras parcelas de la vida se limita a triunfar en Madrid, villa y corte; donde el mínimo esfuerzo es más valorado que los titánicos de otras partes. No importa la genialidad o el trabajo, importa lo que opina la corte. Que se haya modernizado es posible, pero que sigue siéndolo, también: los políticos, la casa real, la prensa, se valoran a si mismos y lo extienden según el peso que tienen o creen tener en la corte.

Nada de lo que hacen es real: todo es un espectáculo para tenernos entretenidos y ellos seguir instalados en su casta más o menos próxima al poder, de manera que la relevancia lo sea en lo mínimo y se mantengan los debidos status.

Y el problema de la estructura del estado en regiones no es sino la posibilidad dada a las castas locales de tener una corte propia; eso, y nada más, digan lo que digan.

El lenguaje lo deja claro: somos el pueblo.

Yo no soy el pueblo, ni quiero serlo. Debemos exigir políticos que nos traten de usted, y por el nombre.

Y todo lo que no sea avanzar, es perder el tiempo:

-Listas abiertas. Capacidad de elección del candidato, de la persona, con nombre humano y errores, cada cual elija a quien quiera y con eso apechugue.

-Democracia electrónica: si existe la capacidad del voto electrónico, hagámoslo: de ésta manera el voto popular para todo asunto que no sea de cotidianeidad dará al “pueblo” su capacidad de esforzarse por nosotros, por todos.

-Vaciar el corpus legal. Las leyes asfixian y solo son un instrumento de control y de presión, cuanto menos, mejor.

-Acabar con el estado del bienestar: todos los trabajadores a cuenta de la administración, reducirlos hasta muy por debajo de la mínima expresión. El que quiera tener un partido político, un sindicato o ser parte de una falla , se lo pague él. Y los demás además encantados.

- Anular la constitución y cambiarla por una moderna, no un apaño de bandas de progres.


Es generar un estado que no sólo tenga las grandes palabras sino que se base en la libertad de las personas, personas con nombre e identidad propia, no “pueblo” masa o plebs plebis; y que se puedan dedicar a la política unos años, y luego volver a la vida normal continuando su vida, nada de castas.

¿tan difícil es?

¿tan loco estoy?

¿Por qué tenemos que aguantar a políticos elegidos por mecanismos esotéricos y no elegirlos en persona, no por listas de la compra?

Y por supuesto , si todo esto lo conseguimos, yo me pido Emperador.




3 comentarios:

Protágoras dijo...

Sabes que no estás locos. Y en efecto, desde la declaracióm formal el 11 S estamos en guerra. Tal vez, una vez más, esta terrible partera de la historia, haga inevitables tus "locuras". Insumisión y Resistencia

Ninguno dijo...

Razonables sugerencias. No está usted loco, simplemente piensa. Los hay que ni eso, es mejor conformarse con una caña en el bareto de la esquina al son del caderitas de turno que mover un dedo por nuestros derechos y libertades, o al menos, estar al tanto de los que cada día nos roban sin contemplaciones. En fin. Mis respetos por su blog, aquí seguiremos.
Un saludo.

Ignacio dijo...

Pues no estaré loco, pero tengo una sensación de estar haciendo el gilipollas que tira de espaldas.