Porretonas

Van Orton da en el clavo: dado que no tiene personal adecuado, zp hace un gobierno de azafatas. Son huevos de Colón que se dan con profusión en la blogosfera: acertamos muchas veces, en este caso, él; zp al no tener gente preparada, o inteligente, usa azafatas. Perfecto. Lo ha clavado. Debimos darnos cuenta cuando la foto de Vogue.

Y ahí entra ya el adecuado nivel de la repugnante satrapía socialdemócrata: nada de ver lo que hay y seguir yo mi camino, sino si el vecino hace una, yo, más gorda, y a ver quien la hace más gorda: el partido de su coalición, el pp, no sólo llena la directiva de mujeres florero, sino de floreros, floripondios, maripuris y zorrones en general: no se sabe si los tacones y las medias de rejilla las llevan mejor ellas, o ellos: pero la directiva del pp parece el coro de bailarinas de Carmen Miranda. Sólo que en versión hipercutre. Mayor Oreja, también, también.

Ese hace algo, yo, más gorda: Es España, el referente no será Marañón para hacerla más gorda, ni Torrente Ballester, ni Dalí: el más cutre, la animalada más gorda: El ex ministro Soria a hacer animaladas, La Aído ( a saber ande) después de decidir en congreso de filología femenina en Córdoba que el español es un idioma machista, y lo que hay que hacer es que no provenga del latín, y cambiar eso, hay que cambiar el origen del idioma; del latín: os lo juro, está en las actas, y publicado, pues la hacen ministra: a pontificar sobre el amor y la muerte, el ser y la nada, la nada que les adorna, porque nadie espere ciencia ni conocimiento, estudio, ni humildad: solo azafatas a ver quien la hace más gorda.

Un buen retrato de España. De la España de hez y aberración, de curas fornicadores y mariquitas, y católicos aberrados en guías espirituales de confusión y castigo, de insultar a sus vecinos y autojustificarse en su apariencia cosmética, gentuza, infraseres que hablan y deciden quien es, o no es: dan carnets, pero no son; azafatas de la realidad, como las ministras de zp, como la cúpula de zp, como el pp valenciano, como todo: esto empieza a ser demasiado repugnante.