La galaxia de ayer

En teoría de sistemas, es la alea en bucle redundante lo que ha roto el sistema: cientifistas: debatirme eso, el que sepa de lo que habla. En materialismo histórico se dan las condiciones objetivas para la penetración suave en el sistema e ir avanzando hacia la revolución que nunca llega, como Doña Rosita, siguen esperando en su virginidad cerebral: a diferencia de Doña Rosita, mientras tanto destruyen destrozan y hacen daño.

Y si os ponéis chulos, os lo pongo en fórmulas matemáticas.

Es la diferencia entre haber leído y estudiado y ser un fantasma de sociedad, a cada momento lo que toca en ese momento.

Cuando salió la chica de ayer lo que me decían mis amigos: comunistas en mi pueblo, de izquierdas en el Benlliure, los progres en todas partes: eso era música “muy comercial” había que oír a Paco Ibáñez (a ese que ahora subvencionan, el pp también, mientras jalea a eta )y por supuesto el Comuniqué de Dire Straits también era comercial: casi clandestinamente se escuchaba la música; hasta que no pudieron parar la oleada: muchos quisieron subirse al carro ya en marcha, muchos ahora dirán que era de sus discos preferidos y esas cosas: ninguno de esos sabe de lo que habla. Ni uno.

Se dedicaron a denostar a los demás, hablar mal de quien no era progre y hacer tesis doctorales basadas en tres disquettes: quisieron sentar cátedra de lo que no sabían y se dedicaron a destrozar lo que había.

Eso si, a pelmas y aburridos no los gana nadie.

La movida de los ochenta es la naturaleza vertebral de la cultura, es la evolución en espiral y entronca directamente con toda la tradición cultural hispana, Romana, occidental: por eso fueron a cargársela: cosa de yonkis, cosa de drogadictos, hay que ser científicos: y se lo creen; a ese nivel llega su estupidez que se regodean en ella a cuenta del presupuesto del estado, se pagan las furcias en Cuba y se quedan tan orondos: son la generación más deplorable de la historia de la humanidad: van a dejar a la siguiente generación menos de los que ellos recibieron: esa gente no puede hablar de los falangistas sin ponerse de pié, compungidos y contritos.

Ahora “reivindicarán” eso, como “reivindicaban” la “moral proletaria” y después la “libertad sexual” como dijeron que el sida era un invento antimaricones y que no había que hacer caso para luego ponerse a pontificar contra lo contrario; mientras tanto han controlado la universidad, los órganos de la administración y la han hecho engordar para sustentarse a sí mismos: papá paga.

Pero ni está papá, ni ya quiere pagar.

Nosotros los de entonces no hemos dejado de ser los mismos; la estupidez es inevitable: nadie acabará con ella, pero estos tiempos de estulticia y abominación, de idiotas ensoberbecidos y gentuza mal vestida y peor amueblada intelectualmente, de ignorantes adoradores de su mamá y nenes estúpidos: son tiempos recios que la humanidad pagará caro.

Denostarnos: nosotros hicimos la chica de ayer, no odiamos a Bill Gates porque inventara algo, y no basamos nuestra vida en un rango administrativo: somos a pesar de vosotros, igual que a pesar de vosotros sale el sol cada día sin que se lo ordenéis; somos y conocimos a la chica de ayer porque ni nosotros ni ellas nos instalamos en el pusilánime ánimo vaginista que domina esta repugnante sociedad sátrapa y vulgarizada que queréis imponer: ellas asumieron su sexualidad con la misma naturalidad que sus abuelas, y con dieciocho estaban estupendas, de cuarentonas están estupendas y da gusto hablar con ellas: las instaladas en la progrez siguen intentado madurar. Jamás lo conseguirán: llegareis a viejos sin haber sido adultos,

esa es la diferencia.

Ha muerto Antonio Vega. La naturaleza vertebral de la cultura lo convierte esto no en un hecho luctuoso: es un día de luto nacional, y no soy el único que va a sentir esta pérdida.

HSTL