lunes, 16 de febrero de 2009

Hartos acabaremos de la palabra Democracia

Una obra con ingeniero, arquitecto, dos aparejadores y doscientos obreros.

Un hombre un voto: por aplastante realidad la obra es dirigida por el obrero más elegido.

Se empieza poco a poco y al final se cambian planos, estructuras, configuraciones, detalles estética y cualquier cosa hecha por el equipo anterior por el mero hecho de haber sido hecha antes de la democracia.

Como la democracia es guai y es el mejor sistema, no se puede cambiar a otro porque la mayoría decide que la democracia es lo mejor.

No hay alternativa; de ese modo todo se conforma por democracia. La enseñanza se democratiza, de manera que las cátedras lo son de albañilismo, albañilismo avanzado, y argamasa. La medida democrática de la educación cierra todo con el peonaje como medida de todas las cosas: cualquiera que proponga otra, es apartado de todo. Menos de pagar la obra, que no avanza pero cada día es más cara.

Así la ingeniería y la arquitectura son re-pensadas prospectadas y actualizadas: se Supera la fase anterior, de manera que el alto albañilismo es lo más que se puede ascender socialmente.

Lo más elevado en los estudios es todo aquello relacionado con el ladrillo, la dimensión del agujero del ladrillo, la compactación del hormigón y el uso de la paleta. Cada vez más catedráticos de educación para la albañilería.

Entonces, el arquitecto se elige democráticamente por temporada, así como el ingeniero, y los aparejadores: como nadie es más que nadie, la obra no hay manera de que avance, y cada vez es un empaste más feo, pero es democrático.

Cójase el razonamiento y alárguese hasta donde os de la gana o vuestra capacidad intelectual: es imposible que la obra jamás sea acabada, presentable o agradable a la vista. Nunca se supera el albañilismo, es un círculo cerrado en sí mismo, que se autojustifica porque la mayoría es democrática.

Y ale, ya podéis también empezar a llamarme facha.

O Rojo, que tanto me da: se quien soy, ¿y vosotros?

5 comentarios:

Nicholas Van Orton dijo...

¡Fachaaaaaa!

o s a k a dijo...

me temo que la democracia es demasiado compleja para 'nuestros demócratas'

progres multipartido que se han creído que un estado represivo se convierte en democracia por el simple hecho de añadirle a todo la palabra democracia

no es que seamos una democracia joven, es que somos un proyecto enfermo

n a c o
hoytodonegro

Interruptor dijo...

Pos yo, por llevar la contraria, defiendo la democracia. Pero no porque la considere buena, ya que se ha demostrado numerosísimas veces que la mayoría se equivoca con cierta frecuencia, no hay más que ver que Hitler fue elegido en las urnas, y Zeta también, pero Carlos I o Isabel la Católica no fueron elegidos en las urnas. Simplemente, considero que la democracia es el sistema menos malo, pero porque, tal como se mueven las cosas hoy, la falta de democracia se traduce automáticamente en dictadura rojo-populista, y el que no lo crea que mire todos los países no democráticos del mundo. Es lo que hay.

Lo que pasa es que habría que ser un poco más políticamente incorrectos y plantearse la utilidad de una democracia a la griega, donde no puede votar cualquier patán, sino el que tiene un mínimo de formación e inteligencia demostrable. Pero las cabezas de nuestros partidos partitocráticos no están por esa labor, quieren que voten cuanto más burros mejor, cuanto más desinformados mejor, cuanto más dormidos mejor, así los manejan con más facilidad.


queajcodepolíticos

Anónimo dijo...

En España no hay democracia, porque no hay ni representatividad real de los partidos, ni separacion de poderes.

Con lo cual resulta que mientras los obreros democraticos creen que estan haciendo un puente, en realidad estan construyendo unos horribles blocacos de turismo residencial en la costa levantina.

Anónimo dijo...

Los ladrillos sirven para hacer paredes que sostienen los techos. Si se te cae el techo encima recuerda que tienes que ir al medico.