Libertad

Pensar que la democracia es algo más que una palabra es un error: esto es democracia porque decimos que es esto; y nada más.
Toda Europa está bajo el mismo problema; un sistema cuya única función es su propia perpetuación y engrandecimiento: de este modo, la llamada unión europea no es sino un enorme y disparatado artefacto burocrático que si mañana desapareciera de golpe, nadie lo echaría de menos excepto los que viven de él.

Es un sistema que se justifica en sí mismo con sus reglas y normas. Lo llaman democracia, y así sirve como término de oposición a dictadura, pero eso no lo hace democrático. Lo demuestra bien Hartos con enorme claridad; y el juego de votaciones es eso, un juego: véase el referéndum de Europa ¿alguien lo recuerda? Aunque a AMDG aun le enerva que nos vayan a seguir colando lo que quieran con más o menos artimañas.

Se duele de que no hay derecha en Europa, y no es ése el problema: no hay organizaciones de derechas, que no es lo mismo, porque el sistema las destruye en su esencia, con la maledicencia sobre todo.

Pero esencialmente la gente en Europa es de derechas, como en España, sea eso lo que queramos o no; el sistema lo que hace es generar dos partidos presuntamente antagónicos para polarizar a la gente y forzar así el voto en una u otra dirección, si, pero siempre van en el mismo sentido.

La gente sí es de derecha, la gente sí ve aunque lo cubran todo tras cortinas de humo; en España la gente percibe que el pp no va a cambiar nada; como mucho dirán “modificar” pero la esencia de lo hecho no la van a cambiar, porque no están nada distantes. Y la gente, simplemente, no les va a votar.

No hay un dogma, o definiciones evanescentes como “progresista” para la gente de derecha; en esencia son individuales, y no de militancias ciegas sino de cuatro reglas básicas pero muy sólidas: llámense tradicionalistas, liberales, neocons, o como quieran, pero lo que no son en esencia es gente de aluvión: si acaso, les une que lo contrario no les gusta, más que una unidad de lenguaje; en ese caso, tenemos una Europa llena de descontentos del sistema pero incapaces de unificarse: los partidos que hay no valen; se mira a la realidad con esperanza, pero nada convence, hay mucho escepticismo: hasta alguien tan exquisitamente poco sospechoso como Luri está atento a los avatares pero acaba siendo la rotundidad de AMDG la que se impone: no hay referentes a los que asirse.

Y desde luego el pp hace todo lo posible por alejar a la gente de ellos.

Lo único que hay es un estado de confusión permanente, nada de claridad, nada de limpieza; cambiando el foco de atención de vez en cuando y consiguiendo quitar la ilusión a la gente. Ahora hay ya, hoy, aquí, una crisis económica importante, una crisis social real –la inmigración no ha sido como debiera- y una crisis de identidad que confunde, turba y genera problemas.

Lo que le interesa a los vividores del sistema es que la gente empiece a palos en la calle, se polaricen las opciones y se enfrente la gente; no hay que caer en eso, lo provoque quien lo provoque; sería un enorme error. Que hay solución política, seguro; yo, no la sé. Pero como están las cosas no necesitamos burócratas enfebrecidos, sino es un tiempo de políticos valientes y decididos, y no de confusión.

Y no pasará mucho tiempo después de las elecciones en el que no por vía directa, pero sí con indirectas, leyes, exigiendo colegiaciones absurdas o impuestos a los bytes porque cambian el clima o porque producimos contaminación telecomunicadora; o tendremos que pagar a la sgae, o algo así: el asunto será hacer desaparecer a los bloggers dejando sólo los que sean debidamente controlados, y controlables. Poco a poco, con las más variadas excusas, pero la blogosfera no les gusta: la libertad es a lo que más temen.