Abadía

Era un canal del irc hispano; hace diez años pasamos la noche entera chateando. A todos nos estaba afectando demasiado lo de M.A. Blanco. Por aquel entonces eran módems de 14.4; salían los de 33.6, aunque no al alcance de todos; se hablaba con futuro de una posible tarifa plana que tardaría en llegar y las facturas de teléfono eran pasmosas, ni imaginais.
Duna desde Gerona, Fetpols desde Barcelona, Manfred desde Madrid, Anto desde Cádiz, los madrileños en bloque, los chateros estábamos todos ahí; pasamos la noche chateando como un rosario rezado por la onda.
Como una oración, y cuando supimos entonces se que muchos acabamos llorando; eran tiempos de inicios; yo aun era soltero –la infamia se encargaría de resolver eso- y ahora vuelvo a serlo; a ninguno se nos olvidó ni se nos olvidará; la imagen que guardo es la de la hermana en el balcón, me compungió muchísimo.
Pobre gente, pobres de nosotros.
La infamia se perpetua gracias a la tibieza, el relativismo y la estupidez elevada al grado de categoría; debemos ser conscientes de nuestra vida mirando a nuestros muertos, y pensar si realmente ser un cobarde entregado vale la pena para transcurrir la vida: cobardía, dhimmitud, amargura tristeza, relativismo, inquina, odio,vengatividad y maldad, van de la mano: pero sólo hay que verles la cara a toda esa gente, evidencian intenciones; son maldiciones con piernas. Su vida es su castigo, y están empeñados en que compartamos su castigo, como si cada cual no tuviéramos bastante.
Malditos sean.