lunes, 30 de mayo de 2011

Vigencia inquisitorial.

El inquisidor general Valdés, monto unos autos de fe preciosos con toda la parafernalia donde se apioló a montones de herejes, en Valladolid dos, en Sevilla y Murcia; encarceló bajo acusaciones falsas al obispo primado de España,. Carranza, y tuvo a toda España mareada con la herejía y el luteranismo mucho tiempo: se trataba de que había perdido el favor de la corte porque había “distraído” una animalada de dinero con la que se debía haber subvencionado entre otras la batalla de San Quintín, donde rindió armas Garcilaso; el dinero cuando fueron a buscarlo a la casa de contratación de Sevilla, no estaba: la culpa se la echó a los mercaderes, pero no coló, y sólo montando esa animalada de follón, total que importan unos cientos de herejes en la hoguera y las cárceles llenas; salió adelante su ego montando la universidad de Oviedo y apoyando al Duque de Alba en sus pretensiones esclavistas que gracias a Carranza y Las Casas fundamentalmente, ni se tuvieron en cuenta.

La culpa la tenían los mercaderes. Ahora, se culpa a los mercados.

 

F.González ya ha dado las órdenes, normas y estrategias a seguir a sus aparceros del poder: todos apuntan a Rub Al Kaaba, pero los conocidos franquistas son los que están dictando y pactando para ahora, cuando la estrategia de propaganda lo determine, cambiar al sucesor de Franco por el Letizio, seguir montando follón y órdagos y entreteniendo a la gente y despreciándolos, haciéndoles perder su vida en memeces para ellos “salirse con la suya” con el cinismo y la hipocresía como arma letal, y simplemente con eso, porque detrás de la fachada, no hay nada.

Dicen que hay oposición en España: si la hay, es a los españoles porque desde luego no hay ni un sólo partido que sea en este momento digno ni siquiera de la mínima consideración.

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