Sin hurgar mucho, todo análisis sobre el resultado electoral es en términos económicos: desde el buenismo simplón de “es mejor para España” por aquello de que son más limpios y más aparentes en temas económicos los ganadores, al complicado sistema de tramas que ayer y sobre todo anteayer estaba por debajo de la superficie manteniendo privilegios, prebendas, puestos y posiciones: para que se mantenga el bipartidismo, que es la esencia de “el estado del bienestar” y la zombicracia: para ellos, que la mayoría no han aprobado cou (los que tienen carrera sospechosamente la sacaron después de tener el cargo)
A lo que huele este postfranquismo es a pacto de alternancia: nos pegamos, pero poquito, porque es mas lo que les une que lo que les separa: ahora es simplemente certificar los puestos, prebendas y privilegios de “los perdedores” y que Dios nos ampare.
Sólo una cosa ha habido reseñable en estas elecciones: los perroflautas, con más inocencia que picardía, y mas bondad que codicia hicieron algo para mi asombroso, por estudiado, pero no vivido: hasta hoy.
El pueblo español fué a la plaza: Roma, en el foro, echando al emperador; todo el pueblo contra el cacique, toda España contra la invasión francesa: el pueblo a las plazas: no hay nada más tradicional, más español ni más coherente con la propia historia.
Al principio pocos, los han denostado hasta el hastío: siendo gente sin organización previa, eran el saco de boxeo de todos los organizados, para el denuesto, el desdoro y el insulto: han aguantado: y muy bien; como personas son gente maravillosa: prefiero ser perroflauta que cualquier otro rango de “tribu social” o como se clasifique ahora la gente.
Al principio, pocos, esforzados y con muy buena voluntad; luego cuando vieron que iban muchos, empezaron a aterrizar los subalternos de las organizaciones insertándose por ahí, “por si acaso” a partir del sábado empezaron a malmeter, al estilo clásico: denostando, despreciando y perdiendo la educación. A fecha de ahora no está todo perdido, han hecho eso y es algo bueno que ha de perdurar , o eso deseo, pero las organizaciones sociales del “estado del bienestar” actúan por percolación e inundación: sueltan a los orcos y como son mayoría empiezan a liarla. De momento no han ganado, aunque han hecho daño; a ver que pasa.
Lo más relevante es que los perroflautas han demostrado que España sigue viva y latente, ahí, sin alharacas de banderas ni manifiestos soliviantados, se han ocupado las plazas sin ninguna exigencia ni chulería: ahora a ver si los orcos acaban agostando o son capaces de seguir adelante en su criterio primigenio.
Lo más relevante es que España es tradición, y como tal se han llenado las plazas: para el sistema será terrible si acaba siendo algo polarizado, para España lo peor que puede pasar es que esto quede en nada.
3 comentarios:
Estos días he estado pasándome por la acampada que tenemos aquí en Sol y me dejó cierta indiferencia y sabor agridulce:
1. Si quitamos a la gente que hay normalmente por la zona sin necesidad de manifestación, más los curiosos y turistas que se apuntaban al mogollón, los que salen por la noche que es cuando más se peta, la cantidad de gente que hay es pequeña en comparación con la que se echó a la calle para festejar el triunfo de "La Roja" en junio del año pasado. Sí, una cantidad ridícula.
Vale que no todos los que están acampados son los que apoyan la propuesta, no están todos los que son, y que los paseantes también la apoyan cuando un periodista les pregunta. Pero es que ahora es lo que está de moda, ser un "indignao" aunque sólo sea de boquilla. Si hasta muchos políticos se estaban apuntando a ser "indignaos".
2. Sobre todo, si bien las bases expuestas en la página de Democracia Real Ya eran estimulantes y justas (aunque alguna se podría calificar de "por pedir que no quede") a la hora de la verdad tanto por allí como por internet había grupúsculos intentando arrimar el hombro ampliando las reivindicaciones con las suyas propias que nada tenían que ver con la base. Incluso declaraciones politizadas y partidistas de "estamos con vosotros", como si se hicieran los locos y no entendieran que la furia iban también contra ellos. Me asqueó ver comentarios del tipo "Ya era hora, sí, ahora es el momento de impedir que gane la derecha, y si gana la montamos". Estas cosas te dejan la sensación de que no es más que un montaje para tomar las riendas de la gente "rebelada" y liarla gorda como ganen los otros, asquean porque tienen un fondo dictadura represiva. Y es que, independientemente de la gente que haya implicada, los hay que sólo saben repetir consignas, no saben responder preguntas concretas, y estos son fáciles de reprogramar.
3. No me gusta el calificativo de "Indignaos" como si todo este movimiento hubiera surgido de ese panfleto. ¿Es así?... Bajo mi punto de vista estas ideas llevan circulando de boca en boca por foros y blogs de internet, no ha llegado ahora un tío con un panfleto maravilloso a abrirle los ojos a nadie. A parte, me he leído ese panfleto por encima, y no me pareció más valioso que cualquiera de los blogs y enlaces que meten caña a las estructuras de poder.
Pero no todo es negativo, espero que los oportunistas que han intentado infiltrarse en el movimiento confundiendo sus bases reciban una gran patada en el culo y la cosa siga adelante sin perder el norte de las bases importantes.
De momento los infiltrados las patadas en el culo me las están dando a mi: que todo quede ahí. Los más denostados por la red, el que menos yo, sobre todo Museros y Orisson, han apoyado esto, cada uno con sus argumentos, el mio es simple: el pueblo se mueve, me pongo con ellos: cuando no me guste me quito, pero no es lo "que yo diga" sino que lo han dicho ellos, les apoyo: ciertamente me ha hecho ilusión ver a gente más joven que yo haciendo "algo" y quizá me dejo llevar por la esperanza, pero lo cieto es que la manera de acabar con esto va a ser la confusión, que es en la que nos instalan: antener la esperanza nos dará unidad, perderla, a nivel nacional será el hundimiento.
Lo del "infdignados" pocos han poido hablar de ello, pocos conocen que es un libro y nada del autor ni su nombre, por lo que yo he fisgado en Valencia, claro, pero apié de calle no tengo perspectiva.
Publicar un comentario