Cuando los alguaciles de la Inquisición detuvieron a Carranza, sabían muy bien todos lo que estaban haciendo.
En aquel momento era el Cardenal primado de España. Y una de las claves había sido del concilio de Trento. De un rigor epistemologico impecable, su acusación era de herejía.
Esa es la clave: es la historia de España.
Perfectamente sabía Valdés, el inquisidor general que lo procesaba, que todo era mentira.
No importa, ni la mentira, ni el desdoro: no se trata jamás de hacer lo que pretende la ley o la norma, se trata de destrozar a alguien con las armas que tenemos a nuestro alcance.
Tras un proceso larguísimo en cárceles de la inquisición, Carranza salió absuelto: eso, realmente no importa, su absolución fué sólo la pataleta de Carranza por no perder todo; lo importante, lo que se hizo fue un clásico español:
Mediante la maledicencia, el cotilleo, y el atribuirle cosas que no son y actitudes inventadas cuando no tergiversando todo, y sólo con esos datos, machacar a una persona.
Mediante una denuncia, un desdoro, se echa encima de alguien todo el aparato del cotilleo y el mal: estaba perdido Carranza, él no lo sabía. Aunque salió absuelto, fue desactivado y apartado del mundo, por los peores enemigos: la envidia.
Con mis propios medios, estos días lo he comprobado: mediante un sencillo experimento, he visto que funciona mejor la maledicencia y el cotilleo que el silencio o el respeto.
Todo lo que vaya contra la fama y honor de una persona, es maledicencia: y eso, no se hace.
No por nada: seguiré siendo aprisionado por la inquisición y me apiolarán cuanto puedan, pero hay una cosa para mí más importante : yo no soy como ellos.
Pero el proceso de Carranza sucede demasiado a menudo en España, nos sucede a todos: juzgamos y somos juzgados por cotilleos, maledicencias, difamaciones y maldades; nada importa la verdad, ni el daño hecho: sólo importa el cotilleo, el maldecir el hablar mal y el hacer daño.
Y aunque luego te desdijeras, el daño está hecho y es inexorable: la inquisición pervive como forma antropométrica de medida social: vale lo que digan de ti, no tu obra; vale la maledicencia, vale el malhechor y no la persona. Y asi va España hoy.
4 comentarios:
Feliz beta, Ignacio.
¿Sabes una cosa? El Safari ya no me muestra tu blog lleno de tildes y signos ortográficos raros.
Es que antes era como leer un bocadillo de insultos de Mortadelo y Filemón.
Ahor ame salen a mi en pantalla. Los acentos y el html no se acaban de cuajar
meta content='text/html; charset=UTF-8
Tienes que utilizar en el navegador esta codificación de caracteres (UTF-8), porque posiblemente estás usando la 8859-1 o la 1252.
gracias
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