Ayer fueron socialistamente enterrados unos orgullosos camaradas del NKVD que fallecieron en el cumplimiento de su misión.
El propio Lech Uguin, en atribución de sus funciones, les impuso la medalla al mérito Leninista sobre los féretros, visiblemente emocionado.
Fué muy comentada entre los miembros del politburó la ausencia del Camarada Molotov, que alegó un desarreglo intestinal para no asistir.
Los compañeros fallecidos se dirigían a el Koljós del kamarada Uguin a debatir sobre los procesos revolucionarios, cuando, victimas de la fatalidad, el accidente se cebó con sus vidas; fallecieron los once.
Al parecer, el camión tenía algun problema en los mecanismos de la dirección.
Las seis veces que les paso por encima (por si acaso)
El mundo socialista será siempre deudor de su trabajo y entrega a la causa revolucionaria.
Aprovechamos este espacio para desear una pronta recuperación al kamarada Molotov de las cagaleras que padece.
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