martes, 26 de abril de 2011

Vanidad de vulgaridades, y todo son varietés

Pepiño el de los palotes es el epítome de la expresión “tonto de pueblo” y la más fragante evidencia de la estupidez embobada que afecta a toda la hez política: hasta ahí, pocos pueden discutirlo: pero hay dos parámetros que últimamente veo muy repetidos: uno, es el de que “hay que exigir un mínimo de cultura a los políticos” y los hay que les exigen títulos universitarios, y otra, que como es imbécil, no puede ser ministro.

El rizo lo riza intereco, que para denigrarlo, dicen que era el de las fotocopias para Balbás; historia que todos sabemos.

1.- Si Balbás se metió en sociedades con esa gente y perdió, tiene su derecho al pataleo, pero esa batalla la ganó Pepiño, por ser mas burro entre los burros o por lo que sea: la ganó Pepiño.

2.- Es ministro, como todos los de éste gabinete; no aguantarían el más mínimo examen de cultura general, como casi todas las cátedras de universidad, como casi nadie en el “mundo de la cultura” en España. Eso, sólo evidencia la absurda indolencia vital de España, y nada más. Pero son ministros.

Nadie debe ser despreciado por su subnormalidad, falta de preparación o forma de vestir; los mismos que alardean de ayudar a los que menos, son los que luego deploran su éxito: hagamos la caridad, pero los pobres en su sitio: que católico soy, que ayudo a un pobre o a un tonto, pero si el tonto va más lejos que yo, lo machaco y me mata la envidia.

Y realmente lo que hacen es alimentar a un sistema falaz, infame, sátrapa y burocrático: que quien quiera pertenecer al sanedrín de los sacerdotes de la política debe pasar una serie de exámenes que lo validen; lógicamente ponen como ejemplo a Rajoy, que buen hijo para su mamá que aprobó una oposición: personalmente, como todas las oposiciones de “la democracia” sé que son puestos ya dados a los sumisos, una requisito para justificar la designación del esclavo, o del que se quiera promocionar; como casi todos los títulos de los de la hez política en activo. Pero quieren retroalimentar su sistema, el sistema que hace que para ser elegido tienes que pertenecer a una secta, aunque ahora las llamen partidos políticos o sindicatos; y asumir el dogma de fe de “la democracia” y además haber pasado los requisitos que te impongan: por supuesto, por lo civil; pero yo tuve que hacer la mili, cosa que nadie hizo; y nadie se cuestiona que a lo mejor, ni Viriato, ni Leónidas, ni El Cid tenían títulos universitarios; sin embargo, toda búsqueda de la excelencia está proscrita en esta sociedad, y ellos con su consideración de que tenemos que tener unos ministros que queden bien en los salones de Versalles, fomentan lo denigrante de éste sistema.

El menos preparado de España, el más tonto, el más inicuo y el más degradado, todos deben poder hacer política, y ser elegidos por personas; fomentar “pedirles un título” para ser ministros sólo justifica este régimen fascista, neocomunista y genocida, esta satrapía abominable y esta burocracia ladrona. La hez, lo peor de la historia, la progrez: dejan menos herencia de la recibida por primera vez en la historia de la humanidad.

Y por supuesto, siguiendo las máximas de Tip y La Codorniz, uno, que siempre seguirá a los clásicos, jamás dejaré de meterme con el gobierno; faltaría más que un español no denigrara a su gobierno.

Y Pepiño lo cierto es que lo pone a huevo.

Un amable blogger me regaló el sello conmemorativo que con orgullo, luzco:

PepeBlancoPalotesIgnacio

(No pongo su nombre, para que lo ponga él)

4 comentarios:

ZP Nunca Mais dijo...

Yo no desprecio al Excelentísimo Señor Ministro Don José Blanco, también conocido como Pepiño el de los Palotes (nombre éste último inventado por tí y con el que has logrado que sea mundialmente conocido). No lo desprecio ni por su subnormalidad (que es evidente que la padece) ni por ser tonto (que es evidente que lo es). Creo que soy una persona caritativa y compasiva como demuestra el hecho de que lo he adoptado como mi mascota oficial, lo cual no todo el mundo puede decir lo mismo.
Además nunca le he exigido que tuviese un "título de" para poder ejercer como ministro, solamente "tiene estudios de derecho" suficientes desde hace muchísimos años, como así consta en su curriculum o en donde sea. Hace varios lustros que está en primero de Derecho y de ahí no lo mueve nadie. Se agarra al primer curso con la misma fuerza que a la poltrona del ministerio. A Pepiño no lo critico solamente por ser tonto o subnormal, sino por el "conjunto", es algo así como cuando compras un "pack" en la tienda de al lado. Va todo en uno, todo el paquete y eso es lo que le ocurre a mi mascota, que es el compendio o la síntesis de la progrez, del "tonto de pueblo", de la estupidez embobada, en una palabra, como muy bien afirmas, de la "hez política". En realidad cuando le atizo a él le estoy atizando a todos los políticos.
Bueno y no me lío más que luego me quedo sin ideas y no puedo escribir nada sobre él, lo cual indica que yo tampoco soy muy espabilado.
Que tengas un buen día.

Anónimo dijo...

No sólo título universitario, también experiencia laboral, correcto conocimiento y empleo de lengua inglesa, alemana o francesa. Eso de que todos pueden es discutible pero que se preparen no debe serlo. El que quiera ser capitán que aprenda y sirva. Personalmente conozco personas no universitarias que nos pueden dar sopas con honda y que naturalmente la emplearían si les propones cargo alguno en la política actual, que para eso ellos por montera se saltaron el parbulitos universitario, no es titulítis Ignacio ni atrezo teatral, se precisa preparación para semejante responsabilidad ante Dios,resto de compatriotas, la Patria y la Historia. Ellos reflejan la España que da vergüenza, a mí ninguna me da recurrir a la escuela, los sabios, los libros ó al diccionario y aprender.

Ignacio dijo...

En este momento la enseñanza, el conocmiento y la cultura están fuera de toda academia establecida.

Anónimo dijo...

SkatePark de un pueblo español. Chavales que no van a un Gym, no sacan títulos universitarios de Educación Física y no tienen a un tutor, un maestro, etc... han aprendido a hacer auténticas filigranas, progresan, aprenden, mejoran, se intercambian ficheros de video donde poder estudiar nuevos movimientos, respeto, implicación, red social fuera y dentro de Internet. Intercambio de ideas, evolución de la cultura, sin jerarquías, sin miserias, sin burócratas.

Don Ignacio, como siempre acertado: La enseñanza, el conocimiento y la cultura están fuera de las academias, sean privadas o públicas.

Meciendocunassubidoaunmonopatín