jueves, 14 de abril de 2011

Progreso

30 años de progreso; vamos progresando desde que González al ritmo de Flik y Flok decidió empezar a venderse a la socialdemocracia alemana, a la francesa, a cualquiera que pagara una buena comisión: no importó nada cargarse la industria nacional, ni malbaratar todo en un proceso forzado de industrializanización para la ciudadanía que degradó la calidad de los productos y la dignidad de los trabajadores a los que decía defender: todo sea por el progreso, y empezó a empobrecer a la gente aunque siempre era por un bien mayor, que aún estoy esperando poder verlo: en treinta años, no ha mejorado la sanidad, ni la educación, hay mucha judicialización pero ni asomo de justicia, las carreteras dan pena pero mucho dinero, lo del tren es para encarcelar hasta a los guardavías; y lo de la “gestión política” daría mucha risa si no fuera porque lo sufrimos, y lo pagamos.

30 años progrecesando adecuadamente, y la misma sociedad que desde la altura de su soberbia sostenida en base a los presupuestos del estado despreciaba el cine que se hacía “con Franco” ahora ríen como gracias las memeces cutres y degradantes del tal Torrente, del cual he conseguido ver un trailer, y no entero.

Y la Real Academia saca una ortografía que, siendo piadosos, merece al menos unos cuantos fusilamientos, varias condenas a perpetuidad y muchas palizas: porque es un insulto a toda la humanidad.

30 años progrecesando y resulta que el cine, ha ido a peor; se fundamenta como literatura cualquier cosa con la forma de trilogía y el formato de chica discreta pero maravillosa en todos los sentidos que pasa desapercibida mientras el políticamente correcto chico pero que no sería nada sin la chica salva al mundo, por el medio la maldad de la iglesia, del opus, y encájese en una época cualquiera de la historia sobre la cual se mienta abundantemente, y a publicar: la literatura está en la red, quieran verlo o no, aunque la morralla y la mediocridad como el alquitrán lo impregnan todo; pero si algo hay de los últimos treinta años que valga la pena, está en la red.

La arquitectura desapareció, y el tejido social urbano fundido en un magma avieso de obreros furibundos de Detroit en los sesenta; La Real Academia, fundida en su propia estulticia, y los francotiradores francotiramos de manera tal que nos llevamos las hostias, a capazos.

Muchos hablan de música y mucho se oye de música, la misma hez que denostaba La Música de los 80 por “comercial” ahora hablan como si supieran: siempre de oídas, con cultura de sobrecillos de café y la adecuada filiación se reparten las cátedras en España, los puestos y las prebendas: la universidad se ha ido a la mierda, y desde luego el nivel es deplorable.

Adoraban a Picasso, de una manera que debería darles vergüenza ajena, pero ya no se les oye hablar: algo temen, porque se les ha visto el plumero.

Montaron una academia de cine para justificar las subvenciones a los Torrentes estos; y en nómina de escritores del ministerio de cultura os podéis partir de risa de los que hay: el golpe de la subvención es incluso divertido, si no fuera tan insultante.

Hace poco ha muerto Enrique Morente: en el rango del arte, está por encima de Picasso, a la altura de Dalí, Velázquez, Goya, Torrente Ballester o Tip; Vive, Paco de Lucía; vive Estella Morente: vive D. Cristóbal Halffter: viven auténticas glorias que desde luego la Real Academia no condecora, la realidad los admira pero el mundo burocrático los obvia.

Si; hemos progrecesado los últimos treinta años, tanto, que si seguimos así, en breve llegaremos al paleolítico inferior segundo sótano.

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Con Cristóbal Halffter en Villafranca del Bierzo.

1 comentario:

ZP Nunca Mais dijo...

Las glorias que todavía viven es precisamente porque la academía los ha obviado.
Ni los mejores músicos son los que están en los conservatorios o en las orquestas sinfónicas, ni los mejores escritores los que más libros venden, ni los mejores actores son los que todo el mundo nombra.
Desde el momento en que caen en la red de la burocracia y del oficialismo académico ponen fin a su carrera.